“Es cierto que la poesía me motivó muchísimo para escribir los cuentos del libro Tatuajes… una sola línea de un poema me lleva a descubrir un mundo de cosas; por eso las constantes alusiones a poetas”, dijo la escritora chiapaneca María de Lourdes Morales Grajales, al presentar ese libro en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario del Instituto Sinaloense de Cultura, donde congregó a un numeroso público.
El volumen, que consta de 15 relatos y un monólogo, fue editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura), dentro de la Biblioteca Chiapas, colección Las alas del sueño, y fue comentado por los escritores Leónidas Alfaro y Lucy Leyva.
“Son historias de mujeres, pero no de mujeres vistas como víctimas, y son cuentos que me han dado muchas satisfacciones, y surgen de la fantasía aunque no faltan quienes me digan que conocieron a algunos de los personajes; en estos cuentos hay sentimientos de culpa, pues sirven para redimir esos demonios que todos tenemos dentro”, dijo.
Se refirió a la poesía que puebla estos cuentos, con citas de algunos autores, como Jaime Sabines o Rosario Castellanos, autora a la que dedica un monólogo y de quien dijo que tuvo una muerte absurda, cuando estaba en Israel, en representación del gobierno de México.
En sus comentarios, la escritora Lucy Leyva desglosó cada uno de los cuentos y dijo que es un libro muy bien logrado, con 15 cuentos y un monólogo y en los que no escapa a los olores, sabores y la descripción mágica de Chiapas, con historias que abordan lo más obscuro de la condición humana, de los siete pecados capitales, excepto la gula, y en los cuales la afición por la poesía detona a la prosa.
Por su parte, Leónidas Alfaro comentó que “estas historias nunca pierden interés y en ello está la fuerza de su narrativa, y cada historia es en realidad muchas historias, porque cada personaje es una historia diferente, y eso se nota en este libro”.
María de Lourdes Morales nació en Tonalá, Chiapas, en 1945, y a los 20 años se interesó por la dramaturgia; formó parte del grupo teatral del entonces Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez.
Fundó la academia de teatro del Seminario Diocesano de Tuxtla Gutiérrez, en donde permaneció durante 15 años, y se dedicó a la docencia y la dirección teatral. Ha publicado los libros Cuando llegó el cine, ¡La maté!, Desde el espejo que te mira, Cuentos para noches sin luna y Natalia.