Desde hace tres años, todas las mañanas de jueves, una mujer activista, joven y apasionada por el mar, sale a recorrer junto con su equipo de colaboradores, 18 kilómetros del litoral del Municipio de Tijuana para dar pie al Programa de Monitoreo de Calidad de Agua, ella es Patricia Cervantes, encargada de laboratorio de calidad de agua de mar y coordinadora de voluntariado ambiental del Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental A.C.
El Programa de Monitoreo de Calidad de Agua de Mar a través del programa Tijuana Waterkeeper, consiste en el muestreo, análisis, captura de información y difusión de la calidad del agua de mar en 5 sitios del Municipio de Tijuana, identificados con los nombre de: San Antonio del Mar, El Vigía, Cañada Azteca, Parque México y El Faro.
Si bien en el mar la vida es más sabrosa, también puede llegar a ser la más contaminada, ya que existen gran cantidad de bacterias llamadas enterococos que están relacionadas directamente con enfermedades mucosas, gastrointestinales, enfermedades respiratorias, dermatitis y conjuntivitis, entre otras.
“La calidad del agua se determina por la cantidad de enterococos, estas bacterias (cocos) Gram-positivos se encuentran de manera natural en el tracto digestivo de muchos organismos, incluidos los humanos, como parte de su flora intestinal y que son desechados en las heces, por lo que se encuentran en grandes cantidades en las descargas de aguas negras. Si estas descargas son vertidas al mar, la concentración de estas bacterias aumenta y pueden significar un riesgo para la salud humana”, informa Cervantes.
El criterio de calidad de agua de mar en México indica que un sitio no es apto para recreo humano cuando excede el límite de 200 Número más probable (NMP)/100 ml de enterococos en el agua costera.