Agujas, hilos y máquinas de coser son las herramientas con las que Agustina Rivas Núñez empezó a darle forma a lo que posteriormente se convertiría en un negocio familiar, con el cual, en compañía de su esposo, les proporcionó educación y una vida digna a sus nueve hijos.
Procedente de San Dimas, Durango, llegó a Hermosillo, Sonora, a la edad de 20 años, pues sus aspiraciones no le permitían quedarse en su pueblo natal.
Luego de contraer matrimonio y de tener a su primer hijo, Agustina empezó a coser ropa ajena en su casa, lo que la llevó a hacer sus propias creaciones textiles para que su esposo, quien se dedicaba a vender en abonos casa por casa, las ofreciera a sus clientes.
Con el tiempo, pudieron conseguir un local para coser y vender la ropa ahí mismo, además de accesorios como aretes y pulseras.
“Estoy muy contenta por todo lo que ha pasado en mi vida y en el negocio. A base de esfuerzo y de inteligencia para juntar dinero y pagar hemos salido adelante. Trabajo y esfuerzo es lo que nos ha llevado adonde estamos”
–Agustina Rivas Núñez, fundadora de Nueva Lagunilla
“Después empezamos a progresar un poquito. Venían las altas y las bajas; de repente no teníamos dinero, y así anduvimos. Hasta que con los años conseguimos la tienda La Lagunilla, en la avenida Aquiles Serdán, pero empezamos muy chiquititos”, recuerda Rivas Núñez.
De este lugar se mudaron a la avenida Morelia, donde ya han permanecido por más de 35 años.
Adversidades
La primera vez que la fundadora de Nueva Lagunilla enfrentó una crisis en el negocio fue hace unos 50 años.
“Se nos vino una racha muy fea, que no se pudo hacer nada. Tuve una suspensión de pagos pero salí adelante. Nadie pensaba que lo iba a lograr, pero a base de puros sacrificios y esfuerzos, mi marido y yo lo hicimos salir adelante”, resalta.
Además de esta crisis, hubo dos incendios en la tienda, “pero gracias a Dios que todo lo hemos podido arreglar”.
Más mujeres de negocios
Antes casi no había mujeres que tuvieran empresas, dice Agustina, lo cual ha ido cambiando. “Ahora la mujer tiene más confianza en sí misma, es más trabajadora y más inteligente para hacer negocios”, comenta.
Así, teniendo como base el trabajo y el esfuerzo, la empresa de Agustina Rivas Núñez se ha mantenido desde 1953 y se ha convertido en una tienda de tradición en vestidos para bodas, 15 años, primera comunión, bautizos, bodas, uniformes, disfraces, accesorios y ropa para toda la familia.
(Édgar Hernández)