Con la intención de rescatar y de acercar la obra del autor a más lectores, el Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC) lanzó una nueva edición de La novela inconclusa de Bernardino Casablanca, del escritor sinaloense César López Cuadras (1951-2013).
Esta novela fue publicada por primera vez hace más de 20 años y reeditada, tiempo después, por Ediciones Arlequín, firma editorial de Guadalajara.
“Es la primera novela de César López Cuadras, y, eventualmente, quedó lejos de las manos y de los ojos de los lectores. Era un gran tipo. Desafortunadamente, en 2013 murió, pero su literatura sigue con nosotros”, expresó Eduardo Ruiz Sosa, jefe del Departamento de Literatura del ISIC.
La idea de rescatar esta novela, agregó, tiene como objetivo rendir un homenaje y reconocer a uno de los escritores que podría considerarse una especie de secreto guardado de la literatura mexicana, “quizá no ninguneado, pero sí hecho un poco a un lado”.
Los comentarios del libro estuvieron a cargo de Irad Nieto, ensayista y crítico literario, además de conocido de César López Cuadras; y Jorge Luis Mendívil, estudiante de la licenciatura en lengua y literatura hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa, crítico y ensayista.
Sinopsis
Truman Capote, quizá todavía cansado después de haber escrito A sangre fría, llega a Sinaloa, pero no para intentar resolver un crimen o escribir una novela policiaca, sino para tomar cerveza, comer mariscos y, de paso, visitar a su amigo Narciso Capistrán, un joven con aspiraciones literarias que conoció en Nueva York.
Sin embargo, en Guasachi, escenario de esta novela, está reciente el asesinato de Bernardino Rentería, dueño del bar Casablanca y personaje estereotipo de estas áridas tierras del norte de México: mujeriego, bebedor y narcotraficante.
Más preocupado en ocasiones por encontrar la verdad que por tomar como motivo el asesinato para su obra literaria, Narciso, más personaje que escritor, intenta resolver el crimen, a pesar de la contrariedad de Capote, que le dice irónico: «Hasta te pareces a Dashiell Hammett».
(Édgar Hernández)