El pintor jalisciense Juan Manuel Salas concluye el ciclo 12×12 del Museo de Arte de Sinaloa, con su muestra Esta salvaje oscuridad. Las obras expuestas invitan al espectador a reflexionar sobre las contingencias que tienen relación con acontecimientos atroces (pequeño formato) y sobre lo que ocultan los paisajes naturales (gran formato).
Lo oscuro
Juan Manuel Salas ha sido un admirador de aquellos autores cuyas obras no revelen del todo su significado, lo que sucede en ellas. La noche, la neblina, la oscuridad son aliados que le permiten armar su discurso y provocar en el espectador el misterio e incertidumbre visual y simbólicamente. “No saber lo que está pasando en estas manchas que ves es un misterio que me ha gustado que te lleves a casa. Cuando entiendes el discurso de la obra se cierra el significado y está bien, pero cuando no es así, es algo que te llevas para siempre”.
Lo salvaje
El salvajismo que aborda en su muestra se representa como el encuentro con lo real, una situación que es superior al ser humano y que es carente de lenguaje. Estas obras están inspiradas en el ensayo El mal en la naturaleza y su vínculo con el arte, del libro El mal o El drama de la libertad, del escritor y filósofo alemán Rüdiger Safransky, cuyo contenido hablaba sobre las obras El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y su también inspirada versión del cine Apocalypse now, de Francis Ford Coppola, cuyos personajes se enfrentan al estado salvaje de las cosas (la selva y la guerra) y cómo esto los va desquiciando, esta falta de sentido en lo indomesticable, por ejemplo la violencia oculta en la jungla que trastorna a todos los que se van metiendo en ella, “y a los personajes les entra una crisis existencial por enfrentarse a la contingencia, algo que carece totalmente de sentido”.
Esta condición indómita de las cosas, dice Safransky, es una maldad sin sentido vinculante: algo que está ahí accidentalmente, como el ser humano, y que va a sobrevivir al ser humano aún cuando éste ya no. “Safransky vincula esto del mal de la naturaleza y su sinsentido con la creación artística, porque la creación artística también es un combate constante contra la nada y la falta de sentido que es la obra de arte”.
Como la tradición de la pintura desde hace siglos, Juan Manuel Salas, con sus cuadros, busca apropiarse de espacios naturales que no fueran tocados por el hombre o fueran indomesticables para pintarlos de manera minuciosa en este ritual que lleva meses de creación artística para darles un sentido a su existencia.
Dar vida a lo obsoleto
Como ya es propio del pintor tapatío, algunas de sus obras están hechas a partir de imágenes o archivos basura provenientes de plataformas de internet que no tienen un valor artístico, pero que él ‘revive’ para darles una funcionalidad estética.
Glitch, error estético
El glitch es un estilo artístico que Juan Manuel Salas ha desarrollado en su carrera, pues el glitch como fenómeno digital tiene una naturaleza muy pictórica, y mediante la pintura se busca eternizar esa imagen, petrificarla y darle cuerpo, que es algo contrapuesto a la imagen digital, que es fugaz y no tiene cuerpo, un espíritu errante digital.
“La pintura ya existe ahí (en el glitch), yo lo único que hago es volverla materia, porque su cualidad es que es un error y dura muy poco, está condenado a desaparecer inmediatamente”.
Diversificación
Hay artistas que están buscando otras opciones de hacer arte, hay quienes son fotógrafos y están incursionando en la escultura, la pintura e incluso en el diseño. Juan Manuel Salas considera que la diversificación es enriquecedora, pues ver hacia otras disciplinas permite potencializar y ampliar el bagaje cultural que se tiene. “Mis influencias más grandes son el cine y las letras y eso me ha nutrido más. Todo esto que hago no hubiera sido posible sin ese background que yo tengo de otras disciplinas”.