La trama, los efectos, el suspenso y la naturaleza humana que sale a relucir en cada uno de los nueve capítulos de ‘El Juego del Calamar’ (Squid Game) hizo que la serie surcoreana se convirtiera en tendencia, desde el 17 de septiembre que se lanzó en Netflix.
Hay varios aprendizajes que la serie surcoreana de Netflix plantea para la construcción de un clima organizacional favorable, desde la atracción de talento, relevancia del liderazgo y compañerismo, hasta la convivencia efectiva de diferentes generaciones para el cumplimiento de un proyecto:
El trabajo en equipo.
Es una herramienta muy útil para enfrentar cualquier reto. Cuando hay una situación de crisis, la colaboración y aporte de diversas ideas, con base en las fortalezas de cada persona, es una buena estrategia para llegar a una mejor solución.
La empatía.
Aún nos cuesta trabajo pensar en los demás para poder construir relaciones laborales más sanas. En la serie, no hacer caso a las opiniones de los compañeros, romper las reglas en beneficio propio y no ser empáticos con algunos jugadores derivó en un mal resultado.
Los incentivos.
Ofrecer incentivos relevantes para atraer y retener al talento. En la serie más allá del dinero, tener una segunda oportunidad en la vida era el incentivo para muchos de los jugadores. En el mundo laboral es importante identificar el motor que mueva a la persona para continuar en un trabajo.
El liderazgo.
Dadas las características del juego, los líderes privilegiaron sus oportunidades para sobrevivir y sacar provecho a la situación. En el trabajo, los logros se dan en equipo y el líder no es el protagonista de la historia, sino el que guía y desarrolla a los demás.
La diversidad.
Una lección importante es no subestimar a los miembros del equipo, cada uno de ellos -sin importar género, edad, características físicas o raza- tiene un valor importante qué agregar. Hoy, una de las cualidades que más benefician a un equipo de trabajo es la diversidad de perfiles, en todos los sentidos.