Durante las últimas semanas el mundo ha vivido una situación que desde la Segunda Guerra Mundial no se había presentado, o al menos no en las dimensiones y con las características de la actualidad.
Aunque en muchas partes del planeta suelen observarse conflictos armados o de carácter bélico, algunos por razones internas y otros donde había estado presente la amenaza de países vecinos o regiones colindantes, en torno al enfrentamiento Rusia-Ucrania la dimensión es distinta y el rol de la sociedad también, consideró el Dr. Armando Reyna Ballesteros, docente de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Mexicali.
“En las redes sociales es posible leer posturas y análisis que describen teorías de conspiración, posiciones y discursos, donde se dejan entrever estrategias que intentan justificar acciones. Por otro lado también son visibles las muestras de rechazo, las protestas y manifestaciones, donde se asoman causas que aluden a riquezas minerales en esa región, fronteras estratégicas y a una inminente amenaza a la paz global equiparable con la Segunda Guerra Mundial”.
Pero, ¿qué es lo que verdaderamente está pasando en las redes sociales? Las principales plataformas han comenzado a ser utilizadas como medios para verter y observar millones de publicaciones con mensajes de apoyo para ambos bandos, teniendo que activarse protocolos de moderación al identificar contenido ofensivo, propaganda, mensajes de odio, notas inapropiadas u hostiles, entre otros contenidos de ese estilo.
“No sería extraño que incluso gobiernos o simpatizantes de estos, sean responsables de proliferar contenidos falsos y sacados de contexto con la intención de expresar lo que consideran su verdad”, opinó el Dr. Reyna Ballesteros, pues el mundo se encuentra expectante y en este transitar de información digital, también se puede producir desinformación intencional o desinteresadamente, debido a la rapidez e instantaneidad de las publicaciones.
Como respuesta, los algoritmos de inteligencia artificial están intentando desempeñar de la mejor manera su función y ya han comenzado a generarse infracciones y/o suspensiones, e incluso la eliminación de cuentas.
Una de las preocupaciones identificadas ha sido la publicación de contenidos explícitos y reales compartidos para difundir temor. Las recomendaciones de los expertos sugieren verificar las fuentes informativas, no compartir o difundir información sin antes estar seguro de que es auténtica y sobre todo preguntarse ¿Por qué lo quiero compartir? “Valdría la pena analizar si lo que se publica producirá alguna consecuencia”, concluyó el especialista.