En ocasiones, mientras se realizan actividades del día a día, suceden eventos inesperados que demandan salir de la zona de confort y resolver la situación, comparte Rubí Karely Parra Montoya, psicóloga conductista. “Esto, en consecuencia, genera frustración y estrés, ya que el pensamiento se nubla y se dificulta analizar el suceso desde diferentes ángulos”.
Una solución es la flexibilidad de pensamiento, y si bien puede depender de factores genéticos, mentales, de crianza y de experiencias de vida, también puede desarrollarse como cualquier otra actividad.
Actividades que la psicóloga comparte para desarrollarse:
Entrenamiento:
Entrena tu mente, puede ser actualizándote en tu campo profesional, aprender un nuevo idioma o una habilidad manual.
Negocia tu rutina:
Cuestionar cómo ejecutas ciertas actividades que son parte de tu rutina y encontrar nuevas formas de realizarlas. Analiza tu rutina, seguramente encontrarás que ejecutas muchas actividades de manera automática.
Reflexiona:
Tómate un tiempo para ti y tus pensamientos, probablemente verás aquello que te preocupa desde una perspectiva diferente.
Creatividad:
Si siempre has querido hacer algo artístico, es un buen momento para intentarlo.
Soñar:
Atrévete a soñar e imaginar la vida que tanto deseas, escríbelo y después pregúntate cómo puedes conseguirlo.
Jugar:
Puedes inventar tus propios juegos, ¿recuerdas cuándo eras niño? Deja volar tu imaginación. Si te es difícil, recurre a los juegos virtuales o de mesa.