En este 2022 se conmemora los primeros cien años del movimiento muralismo mexicano, puesto que se toma como referencia lo que aconteció en el año de 1922, cuando a solicitud del entonces Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, se concentraron en el edificio del Colegio de San Ildefonso, sede de la entonces Escuela Nacional Preparatoria, un grupo de inquietos pintores a quienes se les ofrecieron los muros de dicho espacio para que desarrollaran la temática que dictaba los tiempos de cambios de fin de la revolución y el nuevo sentido nacionalista, con la visión vasconcelista de plasmar en las grandes extensiones de pared los acontecimientos históricos del país, en una idea de educar por medio de los muros a las masas. Por tal motivo se seleccionaron diferentes edificios públicos, cuya característica era que fueran muy concurridos y estuvieran en lugares estratégicos, para que las personas que caminaran cerca de ellos pudieran observar los distintos mensajes plásticos que proponían los artistas.
Los creadores convocados por Vasconcelos para trabajar este proyecto de 1922 fueron Ramón Alva de la Canal, Jean Charlot, Fernando Leal, José Clemente Orozco, Fermín Revueltas, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Se puede decir que ahí nació este movimiento pictórico en nuestro país, porque las circunstancias fueron las propicias, había un porqué y un para qué, y lo más importante, había un personaje que servía como mecenas proporcionando los espacios y todo el apoyo necesario. Con el tiempo los artistas que sobresalieron dentro de este movimiento fueron los llamados Los Tres Grandes: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, porque fueron los que se supieron posicionar y proyectar mejor, creando una corriente artística mexicana con contenido ideológico nacionalista, reconocida y admirada prácticamente en todo el mundo, la cual ha trascendido hasta nuestros días.