El diagnóstico de cáncer de mama es una situación que cimbra, llena de incertidumbre, temor y confronta a los pacientes ante la fragilidad de la vida.
Ante la confirmación del padecimiento, diferentes factores emocionales y físicos se ven afectadas con la enfermedad. Lo primero que se identifica es la afectación en la salud, pero no es menos importante lo relacionado con los cambios en la apariencia, en las relaciones interpersonales y los cambios en general que pueden presentarse durante los diferentes momentos del proceso, explicó la Mtra. Ivon Aidé Guerrero Ceballos, directora de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama es la principal causa de mortalidad en mujeres en los países de bajos y medianos recursos. Por ello, cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama.
Una vez que se han realizado los estudios pertinentes para descartar o confirmar el diagnóstico y en caso de que se identifique como positivo, para dar paso al tratamiento idóneo, es relevante contar con el apoyo de un especialista en psicología, o bien, participar en grupos creados para el acompañamiento emocional entre pacientes que afrontan las diferentes etapas del proceso.
Al recibir una noticia de este tipo, las personas pueden experimentar manifestaciones emocionales propias de un proceso de duelo, que implican diferentes etapas: negación, ira, negociación, depresión, aceptación. “No necesariamente se presentan en ese orden y quizá no siempre se pase por todas las etapas antes de llegar a la aceptación. Al hablar de aceptación, se hace referencia a que el acontecimiento presente se asume como una experiencia de la vida”, dijo la experta.
Tras los cambios físicos que enfrentan las pacientes durante su lucha contra el cáncer de mama, existe la posibilidad de recurrir a la cirugía estética, pero es una decisión que la mujer debe de tomar en conjunto con su médico, apoyada con un psicólogo y una red de apoyo que la acompañe durante el proceso.
En ese sentido, la Mtra. Guerrero comentó que aceptar la nueva apariencia quizá para algunas mujeres sea sencillo, pues son sobrevivientes y las cicatrices en su cuerpo son evidencia de una batalla bien librada. Otras, viven un proceso más largo para asimilar los cambios y las pérdidas.
Independientemente de las emociones que se estén viviendo, es importante recordar que hay personas que pueden acompañarlas para lidiar con ellas. Contar con apoyo psicológico les permite trabajar para elevar su autoestima y valorarse más allá de lo físico, asimilar los cambios y relacionarse con la nueva apariencia de su cuerpo.
“Cada mujer tiene su historia y su propia forma de procesar el cambio. Apoyarse en sus médicos, psicólogos y grupos de apoyo, le brinda a cada una de ellas un espacio para asegurar que después del cáncer tanto su salud física como emocional sea la mejor”, concluyó la directora.