“Cada vez más gente sabe de la inteligencia emocional y sabe que la necesita, pero no todos saben cómo vivirla, de qué se compone, y probablemente si ignoramos de qué se compone, también a qué sabe, y si ignoramos a qué sabe, es porque no la estamos probando, por ende, la inteligencia emocional no se va a convertir en hábitos”, señala L.A.E Carlos Jiménez García, coach profesional en transformación y fundador de Cabama, durante la capacitación al equipo Bien Informado.
Carlos Jiménez García y el también experto en Inteligencia Emocional, Miguel González, dialogaron sobre dos elementos importantes de cada empresa, el bienestar laboral y la inteligencia emocional para líderes, donde destacaron que esta última genera necesariamente la segunda, y es clave para convertirse en un verdadero líder, pues ese título no está dado por el coeficiente intelectual, habilidades técnicas o tiempo en la empresa, sino por su capacidad de tomar desiciones, control de las emociones y temperamento, etc; lo cual está desarrollado por una esencia de inteligencia emocional.
Mandar con corazón
La inteligencia emocional, comenta Jiménez García, es la herramienta más eficaz para predecir qué persona es la idónea para ser líder. Es muy común confundir el liderazgo con la jefatura, pues un líder evita imponer miedo, en su lugar lleva su trabajo con respeto y honorabilidad. Una persona que sabe cómo se siente, no sabe controlar sus emociones y cómo esas emociones afectan a las personas con las que convive, es carente de inteligencia emocional. Esto influye mucho en la retención de talento.
“La competencia emocional se nota en el trabajo, alguien que tenga una alta capacidad para atender al cliente, dejarlo satisfecho y feliz, aunque haya comprado el paquete más caro, es una persona que tiene conciencia social, es decir, empatía, es una persona que sabe conectar con la gente, sabe comprender las emociones que el otro puede estar sintiendo y entonces saber qué argumento tiene que manejar para cerrar una venta, para atenderlo bien y aunque venga enojado lo va a mandar feliz, si alguien sabe trabajar en equipo no cabe duda que tiene conciencia social, pues sabe compenetrarse con las personas y la gente querrá trabajar con él”, comparte el también experto en liderazgo en ventas.
Así un líder con inteligencia emocional mostrará las cualidades de las siguientes dimensiones según Daniel Goleman:
Autoconciencia. Conócete a ti mismo; reconoce cómo afectan sus sentimientos a él mismo, a los demás y a su rendimiento laboral.
Autorregulación. Identifica cómo se siente, y después trabaja en la emoción. “Nos libera de como sentimos”. Quienes controlan sus impulsos y emociones crean un entorno de confianza e imparcialidad.
Empatía. Conectarse con la persona para entender cómo se siente y desconectarse de esa emoción para tomar una decisión y apoyar.
Capacidad social. Tiene la facilidad de encontrar puntos en común, sabe conectar con todas las personas y es capaz de mantener relaciones a corto y largo plazo. Tiene claro algo: a solas no se consigue nada importante.
Las dimensiones anteriores no son una sin la otra, no se puede tener una sin haber entrenado la primera de tal forma que: cuando logres autoconciencia y autorregulación de las emociones empezará la empatía por los demás y eso desembocará en una capacidad social.
Práctica de enfoque
Por su parte, el coach Miguel González expuso que una práctica que está ayudando a muchas empresas a generar un cambio es el mindfulness. La conciencia plena está disminuyendo la divagación, la ansiedad y el estrés, pues al contrario, ha permitido que el colaborador esté más en el presente y tome mejores decisiones.
Agrega que aunque el trabajo tiene que ser una plataforma para que la gente florezca y sea feliz, el ingrediente principal de esa felicidad es la actitud, “ es tu inteligencia emocional, que te impulsa a que quieras ser feliz en el trabajo, nadie te lo va a dar y nadie te lo va a quitar; es la persona quien decide ser feliz con lo que hace”.