Las fiestas decembrinas suelen ser fechas esperadas por muchos. La idea de reunirse con la familia y amistades, tener días de festejos, disfrutar de música, de comida variada, y de un descanso de las actividades cotidianas del trabajo o de los estudios, representan momentos asociados con la alegría y el bienestar.
En su constante cambio, el ritmo de vida lleva a las personas a vivir momentos y situaciones que, aunque saben que en algún momento sucederán, cuando se presentan pueden generar dificultad para asimilar los cambios y las situaciones particulares que implican, por ejemplo, el fallecimiento de un familiar, un divorcio, la emancipación de los hijos o la imposibilidad de ir a casa para las festividades.
“La ausencia de un ser querido en fechas especiales puede ser ese tipo de situaciones que nos provocan una sensación de inadecuación: no sabemos cómo es correcto actuar ante las festividades, no sabemos si está bien o mal festejar, nos preocupa ser insensibles ante el dolor de otros, pero también sabemos que hay momentos y tradiciones que son relevantes al ser esperados, sobre todo, por los más pequeños de la familia”, explicó la Mtra. Ivon Guerrero Ceballos, directora de los programas de Licenciatura y Posgrado de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
En algún momento de la vida, añadió, todos experimentarán esa primera Navidad que se vivirá diferente, más allá de las actividades que se desarrollen alrededor de las fiestas. Por eso, es recomendable pensar en el objetivo que se persigue al realizarlas y favorecer un ambiente acogedor para cada uno de los presentes.
Cuando algún familiar falleció en el transcurso del año, se puede guardar un lugar en la mesa en su honor, dedicarle unas palabras a manera de memorial o contar alguna anécdota suya en relación a la Navidad. “También es importante entender que aquellos más cercanos quizá deseen pasar los días festivos de forma más tranquila y discreta. En este caso, siempre es importante preguntar al respecto para que nadie se sienta excluido y todos pasen un momento grato”, dijo la directora.
Cuando se presenta un divorcio o separación, es relevante que los hijos tengan un momento de convivencia con el padre que no vive con ellos. “A veces los hijos viven dos navidades, pues cada uno de los padres desea recrear ese momento festivo con sus hijos, ya que más allá de la fecha, se busca estar presente y brindar a los niños una experiencia positiva que forme parte de su infancia y de la relación parental”.
El ciclo vital de las familias cambia y llega la época del nido vacío para los padres. En esa etapa los hijos adultos pueden optar por pasar las festividades con amigos, la familia de sus parejas, hacer un viaje u otras cosas, lo cual los lleva a replantearse la forma de celebrar estos días. Buscando cómo generar nuevas tradiciones y convivencia, hay familias que incluso optan por celebrar su Navidad en una fecha diferente.
A veces, por diferentes circunstancias, no se puede estar en casa para las fiestas. Existen temas relacionados con el trabajo, enfermedades e incluso la situación económica. Afortunadamente la tecnología brinda la posibilidad de estar cercanos a pesar de la distancia, ya sea por una llamada telefónica o por una videollamada que facilite compartir un momento con los seres queridos y hacerse presente.
En ocasiones, llega la nostalgia de la Navidad en casa de los abuelos, con los primos reunidos en torno a una mesa grande y desbordada. Otras, aparece el recuerdo del hogar paterno y las anécdotas familiares hablando de otras navidades, de otros años en los que las cosas eran distintas.
“Quizá hoy te toca pasar una navidad en solitario y tengas la posibilidad de volver familia a un extraño, de compartir algo sencillo con quien menos te imaginas, pero igual sientes que tu corazón está cobijado en los recuerdos, en los momentos presentes que descubres la solidaridad de los otros y que te dejan una sonrisa a pesar de que no es la Navidad que pensabas, pero toca creer en la promesa de un mejor mañana”, concluyó la especialista.