El estado de Sinaloa enfrenta uno de los desafíos climáticos más complejos en años recientes, con un nuevo fenómeno anticiclónico que ha preocupado a agricultores y expertos en meteorología. El ingeniero civil y experto en geofísica, Juan Espinosa Luna, con una amplia trayectoria académica y colaboraciones internacionales, ofrece una perspectiva inédita sobre el panorama actual y las implicaciones futuras.
El impacto del fenómeno climático actual se hace sentir con intensidad, especialmente en las zonas en ascenso poblacional que demandan mayores recursos hídricos. Espinosa Luna destaca la relevancia del cambio climático global, observado no solo a nivel local, sino en una escala global, con consecuencias en otros países como España, que también ha sufrido sequías inusuales y altas temperaturas.
“Para el equipo de Cambio Climático Global, que es donde yo colaboro en Oxford, es tanta la urgencia de entender qué es lo que está pasando, porque necesitamos tomar acción ante el golpe que se viene para la economía, primeramente a la agricultura y, por consecuencia, a toda la cadena de valor”
El investigador explica que los modelos climáticos tradicionales no consideran adecuadamente los efectos regionales, algo que su equipo de 135 expertos en Geofísica en colaboración con la Universidad de Oxford y la Agencia de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas (NOAA, siglas en inglés) aborda con mayor precisión, ayudando a ajustar los modelos climáticos día tras día.
Hecho inédito
El Niño, caracterizado por temperaturas del mar más cálidas, registrando hasta 29 grados cuando en estas fechas debería estar en 22 grados, ha desencadenado un “Super Niño” con consecuencias notables en la región. A pesar de las altas temperaturas y la humedad propicia para la lluvia, un inesperado flujo anticiclónico ha dispersado la humedad y evitado las precipitaciones, afectando severamente el período de lluvias. Espinoza destaca la duración excepcional de esta corriente anticiclónica, que ha superado con creces los registros anteriores, influyendo drásticamente en el suministro de agua.
“Esa corriente fluye en dirección contraria a un ciclón, de tal forma que dispersa toda la humedad pero deja la baja presión. Lo que tanto disparó las alarmas en Oxford fue que esa corriente anticiclónica normalmente dura entre 7 a 10 días, en este caso duró 72 días. De esto, el mayor registro extraordinario que teníamos eran 10 días, prácticamente le dio al período de lluvias de aquí de la región, por eso no hubo lluvias. Lo curiosos es que meteorológicamente no tiene sentido, se supone que no debe de existir”
Pronósticos y propuestas
Las proyecciones apuntan a una limitada probabilidad de lluvia significativa hasta febrero; aunado a que en este mismo mes se tiene presencia de 85% de heladas en el estado y el “Super Niño” continuaría hasta el mes de julio de 2024, lo que presenta un escenario preocupante para la agricultura y los recursos hídricos.
Ante esta incertidumbre, Espinosa Luna reafirma su advertencia sobre posibles consecuencias graves para la economía local, especialmente en la agricultura. La preocupación se centra en la disponibilidad y calidad del agua subterránea, destacando la necesidad de una evaluación precisa de los acuíferos para prevenir su agotamiento.
“Si este 2024 no llueve, esa agua que tenemos abajo va a disminuir mucho. Se tiene que trabajar en obtener mínimamente los recursos, la disponibilidad real, no en papel, del agua subterránea, saber dónde, cuántos y qué calidad se tiene de pozos para a partir de ahí tomar desiciones”
De lo contrario, la falta de atención y estrategias efectivas para la administración del agua podría desencadenar un escenario catastrófico en un futuro cercano.
Espinosa Luna propone como acción inmediata el evitar la quema de soca, promoviendo la integración de los residuos agrícolas al suelo como un método para mitigar la elevación de temperaturas y preservar la humedad en las zonas agrícolas.
“Lo mejor que puede hacer el productor en sus tierras es que cuando cosecha integre esa soca a la tierra, porque es mucho nitrógeno que está metiendo, hay que aprovecharlo; se mejora la tierra con todo ese material orgánico. Sí es gasto, pero es mejor no quemar, pues eleva la temperatura de la tierra y se genera una barrera de calor que impide llueva en esa zona”
Otra solución real efectiva es la reforestación, destacando la necesidad de implementar proyectos a largo plazo que ayuden a recuperar la vegetación nativa, los volúmenes de oxígeno y, con ella, el equilibrio climático perdido.
Para lograr lo anterior, es necesaria la concientización y la necesidad de una acción coordinada y urgente por parte de las autoridades y la comunidad en general.