La Dra. María Guadalupe Stone de Díaz no solo formó una gran familia de tres hijos y casi 12 nietos, también cimentó un fuerte camino hacia la excelencia profesional que estuvo marcado por desafíos inesperados.
Al embarcarse en su carrera como otorrinolaringóloga, la Dra. Stone se encontró con la encrucijada de la maternidad y la medicina. Hace tres décadas, ser una madre profesional en el implacable mundo hospitalario era un desafío monumental. Sin embargo, no solo abrazó ambos roles, sino que demostró que el amor y la dedicación podían vencer cualquier obstáculo.
El destino la condujo a un rol inesperado cuando su esposo asumió el cargo de Secretario de Salud en Sinaloa. De ser una especialista otorrino, se encontró liderando el Centro Gerontológico de Culiacán. Allí, descubrió la belleza y complejidad de la vejez, dando inicio a su travesía como pionera en geriatría.
En medio de este viaje, la Dra. Stone no solo se enfrentó a desafíos médicos, sino también a la realidad social y humana de los ancianos desatendidos. Su corazón generoso la llevó a escribir “La recetas de la Abuela”, un libro de cocina, que sirvió como puente para preservar la memoria y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
Su inquietud por el bienestar de los ancianos la llevó a sumergirse en el desconocido territorio del Alzheimer. En su libro “Alzheimer Cuestión de Amores”, la Dra. Stone no solo abordó los aspectos médicos, sino que tocó las fibras emocionales al descubrir la conexión entre el cortisol y la memoria. Su lucha contra el Alzheimer se volvió una misión de amor, donde el cuidado emocional se convirtió en su estandarte.
Con cada página de “Llegar bien a la Vejez”, la Dra. Stone compartió conocimientos, inspiración y un llamado a la compasión a través de este otro libro que escribió con tanto ahínco. Su liderazgo trascendió las páginas y la llevó a fundar el primer Centro de Día en Sinaloa, un espacio donde el amor y el respeto son los pilares para una vejez integra.
Hoy, la Dra. María Guadalupe Stone de Díaz, más que una médica destacada, es una luz de esperanza y empatía. Su mensaje resuena, recordando que detrás de cada diagnóstico hay un ser humano que merece amor, respeto y una vejez llena de dignidad.