El martes 23 de julio, Mazatlán vio la apertura del Museo Nacional de la Ballena (MUNBA), una fecha simbólica por ser el Día Internacional de las Ballenas y los Delfines, designado por la Comisión Ballenera Internacional. Este proyecto, liderado por Óscar Guzón Zataráin, oceanólogoespecializado en ballenas y Maestro en Ciencias, busca ser un recinto que impulse la educación y conservación de cetáceos en México.
El MUNBA, ubicado en el emblemático Cerro del Vigía, es una creación que va más allá de una simple exhibición de esqueletos marinos. Concebido inicialmente por el licenciado Amado Guzmán Reynaud, un aficionado del mar y la fauna marina y quien conoció el Museo de la Ballena en La Paz, en Baja California Sur, comenzó el proyecto como una pequeña colección hasta evolucionar a una impresionante estructura diseñada por el renombrado arquitecto mexicano Alejandro D’Acosta. La construcción, que tardó dos años y medio, ha superado desafíos logísticos y arquitectónicos para ofrecer una experiencia única.
Óscar Guzón, quien se unió al proyecto en su último año de construcción, ha el encargado de la curación del contenido,la elección de las temáticas de las salas, el guiónmuseográfico, entre otros.
“Nuestro reto principal fue contar una historia amigable y sorprendente sobre la biología de los cetáceos, el hecho de no tener ningún ser vivo lo hace un reto particular, teníamos que hacer uso de otros recursos y en este caso la tecnología fue nuestra aliada. Se contactaron proveedores museográficos profesionales del país, ya con experiencia en este tipo de museos interactivos y tecnológicos” Maestro Óscar Guzón
La inversión en el museo está entre 25 y 28 millones de pesos y el proyecto es enteramente privado. Los retos fueron varios, desde la infraestructura, pues al estar en un cerro transportar y montar las esculturas fue un desafío enorme. Sin embargo, el mayor reto ha sido lograr que el lugar tenga magia. Es un recinto único que rompe muchas barreras de la exhibición tradicional, comenta el experto.
Además, el edificio está hecho de contenedores marítimos, lo que simboliza cómo las actividades humanas afectan a las ballenas. El tráfico marítimo es una de las amenazas más importantes para las ballenas de gran tamaño, ya que hay muchas colisiones con embarcaciones. Por ejemplo, la ballena franca está en peligro de extinción en el Atlántico debido a estas colisiones.
“Estos contenedores, que son una amenaza en el mar, aquí albergan nuestra colección osteológica. No es una apología, sino un diálogo para entender las amenazas y aprender cómo podemos revertir estos problemas con nuestras acciones, detener o mitigar estas amenazas para tener poblaciones sanas y océanos saludables”
¿Qué van a encontrar los visitantes en el museo?
En el museo podrán aprender la historia natural de los cetáceos a través de 12 salas de exhibición, 11 permanentes y una temporal. Estas salas, con distintas temáticas, narran la historia natural de los cetáceos, ofreciendo un viaje desde su evolución hasta sus adaptaciones fisiológicas y sus “superpoderes” como animales.
Se destacan algunas especies icónicas, como la orca. El museo usa estas especies para abordar temas complejos. Por ejemplo, en la sala de la orca, los visitantes podrán entender la función de los depredadores tope en los ecosistemas marinos. En la sala del cachalote, aprenderán sobre su papel en la historia humana y su presencia en la literatura, como en la novela Moby Dick de Herman Melville.
El museo combina exhibiciones osteológicas y objetos reales con tecnología avanzada. Encontrarán al menos 18 pantallas interactivas donde podrán acceder a información sobre ballenas y delfines. También hay módulos interactivos para entender aspectos como la profundidad de buceo del cachalote y el canto de la ballena jorobada.
Además, MUNBA cuenta con una sala multimedia con una experiencia sensorial que presenta imágenes de ballenas y delfines en su hábitat natural, configuradas de manera caleidoscópica. Las áreas externas, con esculturas y un lago artificial, buscan sumergir al visitante en la vida de las ballenas.
Todas las salas están ambientadas con sonidos cuidadosamente seleccionados para ofrecer una experiencia inmersiva, como estar en una manada de delfines. También hay soporte de realidad aumentada para explorar los esqueletos con el teléfono y realidad mixta, una tecnología innovadora en museos de México y Latinoamérica. Se podráexperimentar cómo una ballena entra en una sala o ver una orca atacando a un lobo marino, entre otras experiencias.
“Esperamos que todo esto conecte más a la gente con la vida marina y las amenazas que enfrentan las ballenas. Aquí incluso podrás crear tu propio canto de ballena y aprender para qué se utilizan estos sonidos” Óscar Guzón
Educar para conservar
Uno de los aspectos más destacados del Munba es su enfoque educativo, señala el experto, pues “el Munba es un recinto que va más allá de la exhibición, la misión del museo es la educación para la conservación; no podemos proteger nada que no conozcamos. A Mazatlán le hace falta mucho expandir su imaginario sobre el patrimonio natural que tenemos aquí, sobre todo en esta etapa de expansión turística creo que es importante rescatar el valor del patrimonio natural, las ballenas son parte de este patrimonio natural muy importante, generan muchos beneficios no solo a los mexicanos, sino al planeta y los ecosistemas marinos. De hecho, nuestra tesis central del museo es que las ballenas son la solución natural para combatir el cambio climático. Lo que queremos es destacar las bondades y el valor que tienen estas ballenas para los ecosistemas marinos como para el planeta en el secuestro de carbono, en la producción de oxígeno, en la fertilización de los océanos, el valor estéticocon la industria de la observación de ballenas que también genera muchos beneficios y que creemos es una herramienta idónea para la educación y conservación, pues nos permite explorar esta temática y crear empatía con los humanos y mexicanos acerca de estos gigantes que andan nadando en nuestros océanos, cuántos hay, qué amenazas enfrentan, etc.”, explica el oceanólogo.
El museo también realiza investigaciones de campo y promueve el estudio de los cetáceos en todo el país, incluyendo un proyecto de monitoreo en la Reserva de la Biosfera de las Islas Marías.
En su compromiso con la accesibilidad y la inclusión, Munba proyecta a futuro actualizar sus exhibiciones con sistemas Braille y llevar sus programas educativos a toda la comunidad mazatleca.
En las primeras dos semanas, el museo ha recibido un promedio de 250 visitantes diarios, sumando más de 2,000 personas. El MUNBA está abierto al público de martes a domingo en horario de 10:00 a 18:00 horas con una tarifa accesible por apertura y puede o no incluir un recorrido por Observatorio 1873. Ubicación en Camino al Observatorio 54, Cerro del Vigía.
Para más información pueden visitar www.munba.mx o en Instagram @munba.