Durante el Summit 2024 Ciudades con futuro: Sin miedo a la acción realizado en Los Cabos, Dennis Frenchman, urbanista y académico del MIT, abordó el 14 de noviembre los retos y oportunidades que enfrentan las ciudades que rodean el Mar de Cortés.
Con un enfoque en el desarrollo sostenible y la identidad cultural, Frenchman destacó el valor de conservar el carácter distintivo de la región mientras se promueve un crecimiento inclusivo.
Inició su intervención con una escena cotidiana en Mazatlán: un pescador descargando su captura mientras su hija lo espera en el mercado. Este momento encapsula una realidad compartida: la disminución de ingresos a causa de una gestión ineficaz de los recursos marinos.
Frenchman resaltó que, aunque la pesca comercial aporta cerca de 200 millones de dólares anuales, el turismo, con cerca de 500 millones de dólares, se convierte en el principal motor económico para los 10 millones de personas que habitan en ciudades y pueblos alrededor del Mar de Cortés.
“Es un territorio enorme, por lo que están bastante aislados, y conservan su carácter distintivo individual, algunos que se remontan a los años 1,500”
La interrogante, agregó, es cómo aprovechar la autenticidad de estas ciudades para atraer industrias y talento del siglo XXI que apoyen, en lugar de erosionar, sus activos únicos.
“No soy un experto en el mar o la cultura mexicana, pero me tomé el tiempo para este foro para aprender algo sobre estas ciudades, sus ventajas y desafíos. Mazatlán, hogar de nuestro pescador y su hija, ha restaurado su Centro Histórico y captura la vitalidad y el color del México de hoy y su patrón informal e individualizado de desarrollo”
Frenchman también se refirió a otros casos, como La Paz, Ensenada y Cabo Pulmo, cada uno con atractivos únicos.
Sugirió que La Paz podría albergar una escuela de Artes y Ciencias de los Medios para impulsar la economía digital; Ensenada, con su vida nocturna y deportes extremos, es un imán para el turismo juvenil; y Cabo Pulmo representa un modelo exitoso de ecoturismo sostenible tras la recuperación de su reserva marina.
“Las ciudades en el Mar de Cortés siguen siendo relativamente subdesarrolladas y conservan gran parte de su carácter y cultura, por lo que tenemos algo de tiempo para crecer y evolucionar de una manera más sostenible. Desarrollar todo su potencial sin la pérdida de la comunidad y la cultura”
Frenchman advirtió que los modelos de desarrollo convencionales pueden ser inaplicables en la región, utilizando a Cancún como ejemplo de un turismo que ha desvirtuado su entorno natural y cultural en favor del consumo masivo.
El académico del MIT subrayó tres estrategias para la transformación urbana: creación de redes regionales, desarrollo en armonía con la naturaleza y fusión de tradición e innovación.