El Ingenio Eldorado, fundado el 28 de marzo de 1900, celebra 124 años de existencia, consolidándose como un pilar histórico y económico para Sinaloa. Este ingenio, situado en la sindicatura de Eldorado, ha sobrevivido al cierre de otros centros emblemáticos como el Ingenio Rosales de Costa Rica, que dejó de operar en 1998, el de Los Mochis y el Ingenio La Primavera en Navolato. Su resistencia lo ha convertido en el último gran ingenio azucarero del estado, un símbolo de perseverancia y adaptación frente a los cambios de la industria.
La fundación de Eldorado fue posible gracias a la visión de Joaquín Redo, quien adquirió terrenos estratégicos y maquinaria de segunda mano proveniente del ingenio azucarero de San Claudio, en Florida, Estados Unidos. Este equipo, traído al puerto de Mazatlán y luego transportado a Eldorado, permitió establecer una industria que no solo transformó la sindicatura, sino que generó miles de empleos y se convirtió en el corazón económico de la región. Eldorado trajo progreso, creando una red económica que benefició a familias y comunidades enteras.
En más de un siglo de operación, el ingenio enfrentó al menos tres amenazas de cierre, pero logró mantenerse operativo gracias a su importancia estratégica para la economía local. En 2023, Serapio Group S.A. de C.V., liderado por el diputado y dirigente agrícola Serapio Vargas Ramírez, asumió la operación del ingenio bajo un contrato de compra-venta con reserva de dominio. Este acuerdo, alcanzado con Grupo Azucarero México, liderado por Juan Cortina Gallardo, incluyó la transferencia libre de pasivos laborales, lo que aseguró una transición estable para los trabajadores.
La administración actual planea realizar la primera zafra en febrero de 2025, con una proyección de 250 mil toneladas de azúcar y al menos siete mil hectáreas de caña cultivadas. Vargas Ramírez ha enfatizado que la prioridad será garantizar condiciones óptimas para los productores de caña y contratar el personal necesario para reactivar la producción del ingenio, marcando una nueva etapa en su historia.
Durante el Porfiriato, los ingenios azucareros fueron una de las principales actividades industriales en Sinaloa, impulsados por políticas de inversión extranjera. Según la revista Espejo, este periodo vio el auge de la industria de transformación, destacándose ingenios como La Aurora en Culiacán, propiedad de la familia Redo; La Primavera en Navolato, de los Almada; y La Constancia, en El Fuerte. Estos centros trajeron consigo modernidad, empleo y la creación de ciudades alrededor de sus operaciones, como Eldorado y Navolato.
El ingenio Eldorado, sin embargo, tiene un lugar especial en la historia debido a su capacidad de adaptación. A pesar de crisis como la sobreproducción de azúcar a principios del siglo XX, Eldorado sobrevivió, mientras otros centros cerraron o transformaron sus operaciones. Su importancia no solo radica en la producción, sino en ser un testigo vivo del desarrollo económico de Sinaloa, desde los días del Porfiriato hasta la actualidad.
Hoy, el Ingenio Eldorado se encuentra en una encrucijada. Con un equipo renovado y planes ambiciosos para su reactivación, busca recuperar su lugar como motor económico y social para la región. Su historia, marcada por desafíos y resiliencia, es un reflejo del carácter sinaloense, que mira hacia el futuro sin olvidar sus raíces.
Según Revista Espejo: Durante el Porfiriato, los ingenios azucareros no solo simbolizaron progreso, sino que marcaron un antes y un después en la historia económica de Sinaloa, consolidando su lugar como una región clave para la producción y transformación del azúcar en México.