Con más de 120 millones de habitantes y un PIB per cápita de 33,960 dólares, Japón es la quinta economía del mundo, por lo que representa una oportunidad para las exportaciones agroalimentarias mexicanas.
Productos como el aguacate y el plátano han encontrado un lugar estable en los anaqueles japoneses, sin embargo, las exportaciones de verduras aún son marginales frente al potencial que ofrece ese mercado.
“Japón importa del mundo anualmente 2 mil 450 millones de dólares de verduras y 3 mil 150 millones de dólares de frutas, lo que nos habla de una oportunidad real para aumentar nuestras exportaciones de frescos a la tierra del sol naciente”
Georgius Gotsis, director de Veggies From Mexico
En 2024, Japón se posicionó como el tercer destino más importante para las exportaciones mexicanas de productos del reino vegetal, con un valor total de 235 millones de dólares, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía de México.
Las principales verduras que importa el país nipón del mundo son cebollas, maíz dulce, ajo, pimientos y calabazas; y de frutas son plátanos, kiwis, almendras, aguacates y piñas.
“En el caso del tomate nos costó tiempo demostrar, ante la autoridad japonesa, que la planta y sus frutos no son atacados por el moho azul, argumento que por décadas impidió al tomate mexicano llegar a este país. Y, sin embargo, poco hemos potencializado nuestras exportaciones, principalmente por temas de logística, ya que por ser un perecedero con relativamente corta vida de anaquel tuviéramos que volarlo a un costo muy alto”
Es importante también analizar los productos que importa Japón del mundo y cuáles de ellos produce México para que pueda participar significativamente en su mercado. Por ejemplo: el ajo, el maíz dulce, los pimientos y las piñas.
Pimientos a Japón: la mayor oportunidad
Y es en pimientos donde se encuentra la mayor oportunidad, ya que el mercado japonés ha dado “luz verde” al ingreso del pimiento mexicano, apenas el año pasado.
Luego de años de trabajo conjunto entre instituciones públicas y privadas como el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD); Comisión para la Investigación y Defensa de las Hortalizas de Sinaloa (CIDH) y la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), entre otras, en 2024, tras la visita de autoridades fitosanitarias de Japón, el país logró demostrar que su producción es inocua y libre de enfermedades como el moho azul del tabaco.
Georgius Gotsis, director de Veggies From Mexico
Así se abrió la puerta a un mercado que importa anualmente entre 80 y 100 millones de dólares en esta hortaliza. Ahora, solo falta que la resolución sea publicada en el Diario Oficial japonés para que los embarques puedan comenzar.
“Consideramos que para finales de este año este mercado ya se debe haber abierto en su totalidad. Nuestros pimientos, al ser de invernadero y con mayor vida de anaquel, pueden ser exportados incluso por avión, lo que nos da una ventaja en frescura y presentación”, estima Iris Carrasco, directora de Inteligencia Comercial y Productividad de la AMHPAC.
Agrega que el interés por parte de compradores japoneses se está reforzando. Durante la pasada edición de FOODEX, la feria más importante de alimentos en Japón, empresas sinaloenses participaron con el respaldo de la asociación. Esta presencia permitió abrir conversaciones con distribuidores y clientes potenciales.
“Nos venimos con muy buenas expectativas de oportunidades de poder ampliar nuestras exportaciones. La principal demanda fue bell pepper, seguido de tomate y calabaza”
Comparte la directora de Inteligencia Comercial y Productividad de AMHPAC, organización que representa más de 9,300 hectáreas de cultivos como tomate, pepino y pimiento en 21 estados del país.
El siguiente paso es fortalecer la inteligencia comercial
Pero abrir un mercado no basta. México necesita fortalecer su inteligencia comercial, esto es, conocer mejor los destinos, precios, perfiles de clientes y riesgos financieros.
Para competir globalmente, los productores mexicanos necesitan datos en tiempo real sobre precios, demanda y requisitos fitosanitarios.
“En 2016, mientras en Sinaloa se tiraba la calabaza italiana por falta de rentabilidad, en Almería, España, se vendía a 50 dólares la caja. Si hubiéramos tenido acceso a información y logística adecuada, quizá esa calabaza habría llegado rentable a Londres”, comparte Georgius Gotsis.
El camino hacia la diversificación de exportaciones no pasa solo por producir o vender más productos, sino por saber dónde, cómo y a quién vender.
A esto se suma la importancia de diseñar rutas logísticas eficientes que permitan llevar los productos mexicanos hasta Japón con costos competitivos, ya que gran parte de las exportaciones mexicanas hacia Asia se realizan a través de Estados Unidos como país de tránsito.
Esta ruta comercial no responde a una falta de interés o capacidad por parte de México, sino a un entramado logístico que impone altos costos, tiempos prolongados y una infraestructura limitada para acceder de forma directa a mercados lejanos y exportar en cifras mayores.
“Es extremadamente caro y además toma mucho tiempo, lo que no conviene si son perecederos, llegar a países como Japón o Corea”, apunta Gotsis.
A modo de ejemplo, detalla que mandar una caja de tomate desde Culiacán hasta Corea puede costar más de 4 mil dólares solamente en flete terrestre, una cifra mayor incluso que cruzar el Océano Pacífico.
Los puertos mexicanos no son opción porque su frecuencia y capacidad de barcos desde puertos mexicanos aún es limitada.
“Nada más salen barcos cada semana. Tu contenedor se queda esperando varios días, mientras que en puertos como Long Beach, en California, hay salidas diarias a muchos destinos”, describe.
Logística, infraestructura y oferta fuertes, el trinomio ganador
La solución no está sólo en construir más infraestructura, sino también en ajustar la oferta. México puede ganar terreno si apuesta por productos con características específicas que soporten viajes largos o incluso transporte aéreo.
“Si vas a mandar tomates, quizá deban ser tomates cherry, en racimos o con grados Brix altos, que justifiquen su precio y resistan mejor el trayecto”, propone Gotsis.
El caso del melón japonés es ejemplo de lo anterior; aunque hay melones en Japón que alcanzan los 100 dólares por unidad, se trata de productos cultivados con estándares muy específicos y para un mercado de nicho.
La estrategia, por tanto, es doble: fortalecer la infraestructura portuaria y logística, al tiempo que se diversifica y especializa la oferta agroalimentaria. Se trata de vender mejor, pues el mercado japonés valora la calidad, la presentación y la trazabilidad del producto.
En respuesta a ello, Iris Carrasco apunta que la AMHPAC está trabajando en un análisis con empresas especializadas en logística para buscar rutas viables tanto aéreas como marítimas.
Dado que Japón es la puerta de entrada a Asia por sus estrictas normas de calidad e inocuidad, así como por ser un centro logístico, es indispensable sumar esfuerzos y continuar con la búsqueda de nuevos mercados.
Japón es solo el comienzo, pero con inteligencia comercial y logística adecuada, los productos mexicanos podrían encontrar nuevos destinos rentables en todo el mundo.
- Japón representa una oportunidad estratégica para el agro mexicano. Con barreras fitosanitarias superadas y puertos del Pacífico cada vez más preparados, México está listo para ampliar su presencia en uno de los mercados más exigentes y valiosos del mundo.
- En 2024, las importaciones mexicanas de productos del reino vegetal desde Japón fueron mínimas, con un valor total de $17 millones de dólares, según cifras de la Secretaría de Economía de México.
- FOODEX 2025: En Tokio, del 11 al 14 de marzo se llevó a cabo la edición 50 de la feria de alimentos y bebidas #1 de Asia. El objetivo general de AMHPAC para la edición 2026 es sumar a más productores, así como, realizar en este tiempo un estudio sobre la factibilidad logística para la exportación a este destino.
Fuentes: Embajada de México, Secretaría de Economía de México, FOODEX Japón MX, Veggies From Mexico, AMHPAC.