A finales de los años 80, en una región agrícola de gran dinamismo productivo, un grupo de emprendedores identificó la oportunidad de contribuir al futuro del suelo con soluciones que impulsaran la producción y fortalecieran su vitalidad. Así nació Grupo FIASA, una pequeña comercializadora que, con el paso del tiempo, evolucionó en su propósito de regenerar la tierra y acompañar al productor en una nueva forma de cultivar, una más consciente, más sostenible y humana.
A lo largo de 35 años, ese propósito ha tomado forma en laboratorios, campos de cultivo, contenedores internacionales y, sobre todo, en una cultura organizacional que se transformó en cimiento del crecimiento. Hoy, FIASA fabrica productos; cultiva ciencia y confianza en 19 estados de México y 10 países del mundo.
“Parece que fue ayer, sin embargo, han pasado muchas cosas. Me siento muy agradecido con todos los que creyeron en la empresa y con el fortalecimiento que hemos logrado gracias a la cultura organizacional que hemos privilegiado”, reflexiona Sergio Álvarez Torres, director general de Grupo FIASA.
Un modelo de diversificación con propósito
A Grupo FIASA hoy lo integran diversas empresas especializadas: FIASA como fabricante de insumos agrícolas orgánicos certificados; FIASA Logistics, dedicada a la operación logística; IDIS LAB, su centro de investigación en biotecnología; y Fundación FIASA, enfocada en impacto social.
Cada unidad responde a la misión de regenerar vida en la tierra, que además guía el desarrollo de productos que optimizan el uso del agua, reducen residuos tóxicos y mejoran la salud del suelo. Bajo este principio, la empresa realizó una reclasificación estratégica de su portafolio en tres líneas: bionutrición, bioestimulación y bioprotección, con el objetivo de simplificar su propuesta de valor y adaptarse a un mercado global más consciente y exigente.
Adversidad como motor de innovación
Uno de los momentos críticos en la historia del grupo ocurrió entre 2011 y 2013, cuando una sanción aduanera les impidió importar productos desde España, en respuesta desarrollaron tecnología propia.
“A raíz de esa situación, nacieron nuestros aminoácidos, nuestros desalinizadores, nuestras algas y estructuradores de suelo. Fue el momento que nos obligó a tener control total sobre nuestros productos”, recuerda Sergio Álvarez.
La adversidad se convirtió así en una oportunidad para fortalecer su independencia tecnológica y ampliar su presencia con productos de marca propia.
Cultura, talento e inteligencia artificial como pilares del futuro
Uno de los factores diferenciadores de Grupo FIASA ha sido su sólida cultura organizacional. Recientemente, la empresa fue reconocida por Great Place to Work como uno de los mejores lugares para trabajar en México y Latinoamérica. Su cultura, basada en el humanismo, ha contribuido a alinear equipos, reducir la rotación y fomentar la innovación desde el interior.
IDIS LAB, su laboratorio de innovación disruptiva, es ejemplo de ello. Con más de 50 investigaciones en curso, desarrolla soluciones biotecnológicas que parten de necesidades reales del campo y son iteradas con métodos ágiles como Design Thinking. A este modelo de innovación ahora se suma una nueva iniciativa, la creación de un Departamento de Inteligencia Artificial orientado a potenciar el desarrollo de productos, servicios y decisiones estratégicas mediante análisis de datos y algoritmos avanzados.
“Hoy hablamos mucho de innovación, de disrupción y también estamos incluyendo en el lenguaje un departamento muy pronto robusto de inteligencia artificial dentro de nuestra organización”, comparte el director general de Grupo FIASA.
Perspectivas de expansión
Actualmente, Grupo FIASA proyecta su crecimiento en tres frentes: desarrollo científico, expansión internacional y alianzas estratégicas. Además de mantener vínculos con empresas europeas y del continente americano, el grupo busca establecer nuevos modelos de negocio basados en la fabricación personalizada y marcas blancas.
En el centro de su visión futura está el compromiso con la agricultura regenerativa, promoviendo prácticas que devuelvan fertilidad al suelo y reduzcan el impacto ambiental del sector agrícola. FIASA es un agente activo de transformación en la industria a través de productos que activan la biota del suelo, capturan carbono y disminuyen la dependencia de fertilizantes convencionales.
“Las organizaciones que no crean en sus colaboradores inevitablemente se desvinculan. Hoy más que nunca, necesitamos desarrollar el humanismo: empoderar, responsabilizar y creer en los demás. El futuro pertenece a quienes se adaptan, y para eso, debemos mirar al otro como un ser con poder, con decisión y con inteligencia”.