Cuatro reconocidos chefs mexicanos, Luis Osuna, Javier Galindo, Diego Becerra y Marino Maganda, unieron sus talentos gastronómicos en una cena de cuatro tiempos con maridaje en homenaje a Ricardo Muñoz Zurita, considerado uno de los pilares de la cocina mexicana contemporánea.
El restaurante Lucciano, Mar y Parrilla, en Mazatlán, fue el escenario de esta experiencia culinaria que fusionó técnica, respeto por la tradición y creatividad moderna, con platos inspirados en la obra, visión y legado del homenajeado.
“Se trata de una reunión de amigos y la ocasión es muy especial porque es en honor a un gran maestro, al que le tenemos admiración y respeto porque nos ha inspirado en nuestras vidas profesionales, ya que hablar de Ricardo es hablar de una institución gastronómica en el país, pues es uno de los grandes embajadores de la cocina mexicana”, señala Marino Maganda, chef anfitrión del evento.
A lo largo de su trayectoria, Ricardo Muñoz Zurita ha realizado un incansable trabajo de investigación que lo ha llevado a recorrer el país para conocer de primera mano las cocinas regionales, de las que es el mayor conocedor y una referencia obligada.
“Lo que hicimos en esta ocasión fue crear un menú inspirado en la cocina de Ricardo, es un compromiso muy fuerte, porque quizá no vamos a igualar los sabores, pero ese es nuestro homenaje”, enfatiza Marino Maganda.
Cuatro tiempos
La bienvenida, obra del chef Luis Osuna, consistió en tostada de jaiba con aguachile de chilpetín; platillo que le dio paso al primer tiempo: chilpachole de jaiba desnuda y robalo, chocoyotas, aceite de hoja santa y habanero, cilantro y criollo y hogaza de maíz, creación de Javier Galindo.
El segundo tiempo consistió en buñuelos de carnitas de pato con mole negro, obra de Luis Osuna, mientras que de tercer tiempo se sirvieron panuchos yucatecos con costillas de cerdo marinadas, frijoles negros, huevo cocido, salsa xnipec, emulsión de cuaresmeno y láminas de aguacate.
Para finalizar, Maganda preparó cacao en texturas, espuma de café, strousel de coricos y gelificado de mamey y maracuyá.
Cada uno de los cuatro tiempos fue acompañado por un maridaje cuidadosamente seleccionado, a cargo de Tierra y Corcho, pensado para resaltar los sabores auténticos y la complejidad de cada platillo.
La fusión de cocina de autor con vinos y bebidas selectas convirtió la cena en una experiencia sensorial completa.
Esta propuesta no solo celebró a un ícono de la cocina mexicana, sino que impulsa una nueva etapa en la escena gastronómica de Mazatlán y consolida a Lucciano, Mar y Parrilla como un referente de eventos gastronómicos de alto nivel.