La historia de AIDAH comienza con una preocupación personal. María Renée Guzmán Mora estudiante de primer año en Tec Milenio, convivía a diario con las implicaciones del trastorno por déficit de atención (TDA) de su hermano.
“Yo había visto siempre a mi hermano en la escuela, y en la vida diaria, cómo a mi mamá la cansaba, cómo le afectaba a ella, a mi hermana, y el poco entendimiento que había sobre el trastorno en la comunidad”, comenta.
Fue esa vivencia la que encendió la chispa de querer integrarse al programa Enactus México, donde propuso desarrollar la idea inicial de una aplicación para tareas escolares. Sin embargo, al formar equipo con Lia Cristina Rivera Sánchez, Flor Estrella Ibarra García, Daniela Elibet Hernández Palma, María Fernanda Manzo Salazar y María Renée Guzmán Mora, el concepto evolucionó.
Las jóvenes identificaron que había poco entendimiento y acción sobre cómo responder adecuadamente al trastorno, y que esa falta de información comenzaba por los padres y maestros, quienes son los primeros en convivir con los niños. “Nos dimos cuenta de que lo que queríamos apoyar era a los papás y maestros… el círculo de apoyo”, explican. Así nació AIDAH, siglas de Atención Integral para el Déficit de Atención e Hiperactividad
Una solución con dos frentes
El proyecto se divide en dos componentes. Por un lado, una plataforma de eLearning con cursos sobre TDA y TDAH ya disponibles para docentes; por el otro, una aplicación móvil enfocada en padres, que actualmente se encuentra en fase de prototipado. La aplicación ofrecerá un prediagnóstico, basado en el manual clínico DSM-5, recursos informativos, contactos de especialistas y una guía para el seguimiento del trastorno.
“Los cursos ya están en funcionamiento. Hay maestros de Costa Rica que los están tomando, y estamos platicando con maestros de Angostura para que se unan también”, explican.
Cada curso, desarrollado con asesoría de psicólogos y profesionales de la salud, es autodidacta y accesible a cualquier hora del día. Al finalizar, los docentes reciben un documento que acredita su capacitación. Los cursos están siendo utilizados en mayor medida por escuelas privadas. Además, el equipo estableció una dinámica de impacto: por cada curso vendido, uno es donado a una escuela pública que lo necesite.
La urgencia del diagnóstico temprano
Según estimaciones, entre uno y tres alumnos por grupo escolar podrían presentar síntomas de TDA o TDAH. Sin embargo, muchos casos no están diagnosticados.
“Es muy complicado realizar el diagnóstico, no es rápido. En el sector público puede tardar hasta dos años conseguir una cita con un neuropediatra”, señalan.
La aplicación AIDAH no pretende sustituir a los especialistas, pero sí acercar a las familias a una posible identificación temprana y facilitar el contacto con expertos. “La app funcionará también como un directorio. Habrá psicólogos, neuropediatras, recursos para que los padres sepan a dónde acudir”, añaden.
Además de la tecnología, el equipo busca impactar a través de la sensibilización, pues han impartido charlas en escuelas y colaboran con influencers en redes sociales.
“Queremos empaparnos de toda la información posible para brindar un mejor servicio. Sabemos que somos estudiantes, pero también que podemos aportar”, apuntan.
Visión
Actualmente, AIDAH cuenta con cinco cursos en línea y se prepara para desarrollar otros diez. Entre los nuevos temas están metodologías como STEM, gamificación en el aula y estrategias generales de enseñanza. Aunque el enfoque inicial está en niños de primaria entre 6 y 12 años, el equipo quiere escalar la solución a otros niveles educativos.
“Desde que iniciamos, nuestra mayor meta es capacitar a los maestros que más podamos y generar el mayor impacto en padres y niños”, dicen. En Sinaloa, por ejemplo, existen más de 55 mil docentes de educación básica, pero el presupuesto promedio por maestro para capacitación apenas ronda los 85 pesos anuales “Por eso vendemos uno y regalamos otro”, enfatiza.
El financiamiento, sin embargo, es uno de los principales retos. La implementación de la app requiere entre 100 y 200 mil pesos. Para ello, están en proceso de ingreso a Escala MX, un programa de la Secretaría de Economía. AIDAH no busca inversión externa tradicional, sino fondos que les permitan mantener la propiedad del proyecto y escalarlo de manera sostenible.En julio, competirán en la nacional de Enactus México, donde se reunirán más de 2 mil participantes, además de estudiantes, empresarios y directivos. “Creo que todas entramos a Enactus porque nos gusta ayudar. Nos sentimos bien de poder aportar algo que tenga impacto real”, reflexionan.
Más allá del aula
El profesor Gabriel Alfaro, mentor del equipo, subraya el valor del proyecto:
“Este es un emprendimiento social que puede escalar sin necesidad de donaciones. Puede ser rentable y ayudar a muchas personas. No todos los emprendimientos sociales tienen que ser asociaciones civiles. Pueden ser negocios que venden, pero que ayudan”.
Además, destaca el compromiso de las estudiantes, quienes han decidido dedicar tiempo a AIDAH cuando, como cualquier joven, podrían estar ocupadas en otras actividades.
“La verdad es que para mí como maestro, cuando me encuentro con estudiantes como ellas que tienen mucha capacidad e inteligencia y la usan para este tipo de cosas, es muy gratificante. Están aquí prácticamente todos los días, incluso en vacaciones”.
La coordinadora Ana Laura Romero reconoce que “ellas no estarían aquí si no tuvieran ese propósito de vida, si no les moviera algo más profundo. Proyectos como este hacen que los jóvenes le empiecen a ver un sentido a la vida”.
AIDAH es un proyecto que busca atender a los niños con TDA y TDAH y a quienes los rodean, los educan y los acompañan. Porque, como han aprendido sus creadoras, entender el trastorno es solo el inicio, lo importante es construir un entorno que lo comprenda y lo acompañe.
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