Sinaloa es una tierra fértil para la agricultura y también para las personas ejemplares, que destacan por su buen desempeño, por sus valores y su visión de trascender más allá de las fronteras, partiendo de una base sólida: aquello que aprendieron en el estado que los vio nacer.
La prueba de ello es César Arturo Ramos Palazuelos. Un árbitro profesional que ejemplifica claramente la mística sinaloense, es decir, que con trabajo, preparación y constancia se logran grandes cosas.
El poeta español Antonio Machado escribió al inicio de Proverbios y Cantares: “caminante no hay camino, se hace camino al andar…”. Es justo la máxima que resume fielmente la carrera de Ramos Palazuelos. Nacido en una zona predominantemente beisbolera, César Arturo Ramos acepta que ser árbitro profesional no era exactamente una predestinación. De hecho, admite que es fanático del llamado rey de los deportes. De ahí que inevitablemente surgiera la pregunta: ¿por qué entonces eligió el futbol? Relata que siendo estudiante de preparatoria, buscó la manera de canalizar la energía de su juventud en algo positivo. Y en esa búsqueda encontró al futbol, específicamente al arbitraje. “Un maestro en la prepa me invita a un colegio de árbitros, vi aspectos como el respeto, la buena alimentación, la preparación, la pulcritud y ejercer la autoridad es mucha responsabilidad. Esos aspectos me llamaron mucho la atención”.
Fue en ese entorno que decidió tomar de la mano al arbitraje como proyecto de vida y profesional, para no soltarlo nunca más. Sobre sus inicios, refiere: “Empecé a tomar parte en campeonatos municipales, estatales y luego nacionales. En el Estado de Sinaloa comencé mi formación profesional, tomé un curso de árbitro profesional avalado por la Federación Mexicana de Futbol”. Procurando llegar a instancias mejores, llegó el momento de buscar nuevos horizontes. Por ello es que partió hacia Cuernavaca, Morelos. De hecho, se formó como árbitro profesional en la Delegación de Árbitros del Estado de Morelos, que en 2002 lo incorporó a los juegos del sector amateur, y en el año 2003 a la Tercera División Profesional del Fútbol Mexicano, para luego llegar ascendentemente en 2004 a la Segunda División, en 2010 a la Liga de Ascenso, hoy denominada Liga de Expansión, y en 2012, finalmente: ver cristalizado el sueño que comenzó en Culiacán: pitar en juegos de la máxima categoría profesional: la Primera División, donde ha tenido destacadas actuaciones, siendo uno de los mejores jueces de futbol en el país.
Justamente su gran trabajo como árbitro de futbol profesional lo han llevado a tomar parte en las máximas competencias del balompié en México y el extranjero. En su carrera sobresalen destacadas actuaciones en cuatro finales de vuelta y dos finales de ida de la Liga MX. El sinaloense también se ha encargado de poner en alto el nombre de México, al ser el silbante central en partidos de máxima exigencia a nivel internacional. Tal fue el caso de los octavos de final del mundial celebrado en Rusia, en el que contendieron Uruguay contra Portugal, donde el nazareno sinaloense fue reconocido por su buen manejo de partido. En la trayectoria del silbante destaca también la final del Mundial de Clubes celebrado en 2017 en Abu Dabi, pitándole al considerado uno de los mejores equipos de la historia: el Real Madrid.
Valores
César Arturo Ramos Palazuelos es claro al responder sobre las claves de su trayectoria exitosa: “todo lo resumo al trabajo y al esfuerzo. Siempre convencido de que el cielo se puede tocar con las manos, de que el esfuerzo es la base para ejercer un trabajo productivo, de que día a día construyes tu pirámide”.
Resalta que la constante en su carrera profesional ha sido el trabajo: “esmerarte, con mucha fe y corazón”. En cuanto a los mayores retos de su profesión, admite que ha sido “buscar el respeto a la autoridad y la valentía, porque en el país se sufre siendo autoridad, culturalmente no se respeta. Entonces, al ser un juez en el terreno de juego, necesitas la valentía, la entereza y la convicción de la imparcialidad en todo momento para poder convencer y aplicar las reglas de juego”.
César Arturo Ramos es un árbitro “universal”, al haber recorrido varios países. Eso le ha dado la oportunidad de valorar a su tierra natal: “estoy orgulloso de haber nacido en el noroeste del país, donde la gente es muy trabajadora, donde la gente pude desarrollarse y levantar grandes corporativos. Me impresiona cómo, quizás sin la cantidad tan alta de recursos naturales, podemos tener empresas de mucho potencial incluso en el extranjero”.