En México, cada vez más personas sufren una condición incómoda, silenciosa y persistente: el ojo seco. Se calcula que al menos el 15% de la población mayor de 35 años padece algún grado de esta afección, y el número se incrementa notablemente a partir de los 55 años. Las causas son diversas: desde enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide hasta el uso excesivo de pantallas y dispositivos móviles, pasando por cirugías oculares o alergias.
Aunque en la mayoría de los casos el tratamiento suele limitarse al uso de gotas lubricantes, esta solución temporal no ataca el origen del problema y, con el tiempo, puede volver al ojo dependiente de ellas. Pero una nueva propuesta en Sinaloa promete cambiar ese paradigma.
Se trata de Clíos, una clínica tipo spa recientemente inaugurada que nace con una misión clara: ofrecer una alternativa tecnológica, no invasiva y mucho más efectiva para el tratamiento del ojo seco. La propuesta está basada en el uso de una innovadora máquina desarrollada en México llamada Dual Relief, única en su tipo disponible actualmente en Culiacán, Sinaloa.
¿Cómo funciona?
Verónica Burgueño Robles, líder comercial de Clíos explica que el tratamiento utiliza una combinación de calor y frío controlados para estimular las glándulas de Meibomio, ubicadas alrededor del ojo y responsables de producir la grasa que estabiliza la lágrima. En casos de ojo seco, estas glándulas dejan de funcionar correctamente y se obstruyen. La máquina trabaja a una temperatura de hasta 50 grados centígrados para derretir las taponaduras y a 12 grados para reducir la inflamación. Esta estimulación reactiva la producción natural de lágrima, lo que permite al paciente dejar de depender de gotas artificiales.
Comenta que, Clíos cuenta con un equipo complementario de luz pulsada, tecnología importada que permite abrir aún más las glándulas, promover el drenaje y reducir la inflamación. Esta combinación de técnicas también ha mostrado resultados positivos en el tratamiento de otras afecciones como blefaritis, chalazión y rosácea ocular.
Un proceso clínico, en un ambiente relajante
Más allá de la tecnología, Clíos ofrece una experiencia distinta: el paciente es atendido en un espacio tranquilo, con instalaciones diseñadas para brindar comodidad y relajación. El protocolo incluye una limpieza profunda del área ocular, realizada por personal capacitado por oftalmólogos, con masajes específicos que ayudan a mejorar la efectividad del tratamiento.
“Muchas personas sienten mejoría desde la primera sesión”, señala Verónica Burgueño.
En otros casos, dependiendo del grado de obstrucción de las glándulas, pueden ser necesarias de tres a cuatro sesiones. Todos los pacientes llegan con un diagnóstico previo por parte de un oftalmólogo, ya que cada causa de ojo seco puede requerir un enfoque diferente.
Educación como parte del tratamiento
Uno de los objetivos más importantes de Clíos es educar a la población sobre la importancia de la salud ocular. Por ejemplo, pocos saben que el ojo seco puede ser un síntoma temprano de enfermedades más complejas como la artritis reumatoide, o que el uso excesivo de pantallas puede alterar permanentemente el funcionamiento del ojo.
“Queremos que la gente entienda que no se trata solo de ponerse gotas. Si se trata a tiempo, el ojo puede volver a funcionar de forma natural”, explica.
Resultados reales
Entre los casos más destacados, Verónica Burgueño menciona a una paciente que, tras una cirugía de lente intraocular, fue canalizada por su oftalmólogo a Clíos para atender su ojo seco posoperatorio. Después de tres sesiones, el médico reportó una mejoría notable en la paciente, lo que confirmó la eficacia del tratamiento.
“Recibimos testimonios de personas que nos dicen que salieron de aquí con otro ojo”, aseguran.
Y es que, más allá del alivio físico, recuperar el confort visual mejora significativamente la calidad de vida, disminuyen los dolores de cabeza, la fatiga visual y la dependencia a medicamentos.
El tratamiento ofrecido por Clíos no solo busca aliviar el síntoma, sino reactivar las funciones naturales del ojo, reduciendo la necesidad de tratamientos crónicos. En comparación con años de uso continuo de gotas lubricantes, representa una solución duradera y sostenible.
En un contexto donde las condiciones visuales asociadas a la vida digital y el envejecimiento siguen en aumento, propuestas como la de Clíos se vuelven fundamentales. No solo ofrecen un tratamiento clínico eficaz, sino que promueven el autocuidado, la prevención y el bienestar integral.