En México, cada vez son menos los pacientes con diagnóstico solo a la dependencia al alcohol. Mientras que las llamadas drogas sintéticas, es decir, aquellas que se han elaborado en laboratorios clandestinos, donde se manipulan las sustancias para obtener sus efectos, tristemente van en aumento en el número de consumidores.
Esto ha hecho que en los centros de rehabilitación ingresen usuarios con dependencia a más de una sustancia o incluso, con diagnóstico a polidrogas, ante lo cual, se han tenido que hacer modificaciones en los respectivos modelos de tratamientos siendo uno de ellos en el tiempo de duración del internamiento.
Así es como, debido a que estas drogas sintéticas resultan ser potencialmente más agresivas, logrando causar daños físicos, mentales y emocionales en un breve tiempo de consumo, el proceso de rehabilitación inevitablemente se ha hecho más extenso, pues cierto es que ningún paciente se encuentra apto para iniciar su rehabilitación, sino se logra primero una estabilización física y de sus funciones mentales, como son las funciones cognitivas básicas (atención, percepción y memoria), ya que son éstas las que permiten el trabajo de concientización de la adicción en cuestión, por lo que en Comunidad de Sinaí se ha tenido que diseñar un tratamiento residencial de 5 meses.
Inicialmente los centros de rehabilitación le apostábamos a tratamientos de 35 días y, aunque como hemos visto, las drogas en sus procesos de elaboración y por ende, en sus efectos han ido cambiando, varias clínicas de rehabilitación en México han continuado ofertando tratamientos de escasos 35 días, con lo que, exponen también a un alto porcentaje de sus egresados a las recaídas, ante lo cual, Comunidad de Sinaí para reducir y evitar dichas recaídas, hemos estructurado un tratamiento donde el abordaje clínico se realiza a través de un equipo multidisciplinario: médico, enfermeros, psicólogos, trabajadora social, terapeuta espiritual y personal que tienen la experiencia de haberse rehabilitado de su adicción.
El personal además de lograr que nuestros pacientes adquieran una real concientización y educación de la adicción a tratar, también Comunidad de Sinaí logra generar cambios de hábitos en los estilos de vida de los pacientes, pues nuestro tratamiento además de ser educativo y vivencial, con un programa de actividades de 6:30 am a 9:30 pm y, cada uno de nuestros pacientes a su vez, cuentan con un plan de tratamiento diseñado individualmente.
En Sinaí, van adquiriendo nuevas herramientas al aprender y practicar un cuidado de su entorno que no es sino el cuidado de su vida misma, a través de actividades como la acuacultura, ya que contamos con un lago donde nuestros pacientes cultivan tilapia, también actividades de agricultura, al contar con un huerto donde se siembra y cosechan algunas frutas y verduras de temporada, así como la cría y el cuidado de gallinas, las cuales llegan a producir una cantidad importante de huevos para consumo también de nuestros pacientes y, el cuidado de otros animales como el corral de puercos y borregos, todo esto establecido como un sistema, ya que una actividad permite el mantenimiento y crecimiento de la otra y así, sucesivamente.
Hablar pues de rehabilitación, es sin duda referirnos a un proceso complejo, pero de algo estamos seguros. Este proceso no podemos reducirlo solo a la abstinencia del consumo, sino a una condición que todo ser humano tiene la responsabilidad de alcanzar y la cual, no es sino el recorrido de la vida humana, el de recuperar la autonomía al vivir con independencia, en este escenario de las adicciones, la autonomía es justamente lo que la adicción llega a despojar de la persona, cayendo en un deterioro progresivo en su vida física, mental, emocional, familiar y espiritual, para lo cual, Comunidad de Sinaí estamos preparados para acompañar a quien se acerque a pedirnos la ayuda.