El home office, o trabajo remoto, es una modalidad laboral donde el empleado realiza sus tareas fuera de la oficina tradicional, utilizando herramientas tecnológicas para comunicarse y colaborar a distancia.
Tras la pandemia, esta modalidad de empleo fue ganando terreno en las tendencias de las empresas, llegando a consolidarse en Latinoamérica. Para dimensionar mejor su impacto, el estudio Executive Compensation Insights analizó dinámicas empresariales como el trabajo híbrido, el remoto y el empresarial.
Para ello, se consultó a diferentes ejecutivos de América Latina para conocer más acerca de su percepción de la flexibilidad. Los resultados de la investigación evidenciaron que el trabajo remoto se mantiene como uno de los esquemas más presentes en las organizaciones. No obstante, continúa imperando la modalidad híbrida.
En primer lugar está Colombia, país que se destaca en términos de flexibilidad laboral. Las cifras muestran que cerca de un 12.6% de las empresas funcionan bajo un esquema presencial, mientras que un 43.8% ofrecen a sus trabajadores dos o más días para trabajar a distancia.
A esta le sigue México, con un 28.3% de las organizaciones en las que sus colaboradores asisten “full” presencial y un 36.3% de manera remota.
Considerando solo el factor teletrabajo, en la lista le siguen Argentina (34%), Chile (28,4%), Perú (27,6%) y Brasil (27%).
Otro aspecto que se destaca en torno al informe es que en América Latina el 68% de los casos asociados a paquetes de compensación incluyen beneficios fijos que no pueden intercambiarse.
Beneficios y desafíos
El trabajo remoto puede generar beneficios tanto para el empleador como para el trabajador, como la reducción de costos, mayor flexibilidad laboral y mejor equilibrio entre la vida personal y profesional.
También puede presentar desafíos, como la comunicación a distancia, la necesidad de mayor supervisión y el riesgo de aislamiento social.