El mercado laboral no será el mismo después del coronavirus, una de las grandes lecciones que nos dejará esta experiencia es que muchos trabajadores pueden realizar sus tareas de manera remota gracias a las tecnologías existentes, opina Laura Ripani, especialista principal en la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“El teletrabajo ofrece grandes promesas en otros aspectos. Por ejemplo, puede dar mayor flexibilidad para aquellas personas —muchas veces mujeres— que tienen compromisos familiares y personales (por ejemplo, cuidado de hijos o de adultos mayores) que les impiden trabajar fuera del hogar en horario completo o definido. También permite mayor accesibilidad, ayudando a derribar las barreras estructurales que enfrentan las personas con discapacidad para acceder a un empleo”, afirma.
En el artículo Coronavirus: un experimento de teletrabajo a escala mundial, Ripani asegura que el COVID-19 marcará cómo será el home office en el futuro del trabajo y demostrará, si el experimento se implementa bien, el por qué esta modalidad es una herramienta valiosa tanto para las empresas como para los trabajadores.
De acuerdo con el BID, en América Latina, Colombia es el país más avanzado en la regulación del home office, con reglas claras, monitoreo y generación de información sobre la aceptación y uso en el país. Otras naciones que también tienen legislación específica son Brasil, Costa Rica, Ecuador, Perú y Jamaica.