Tras 26 años al frente de la dirección del Grupo DAFI (Despacho de Asesoría Financiera Integral) e ITA (Inmobiliaria Tres Afluencias), Martín Benito Pacheco Ibarra tomó la decisión de dejar el plano ejecutivo para entrar en el campo de la consejería; es decir, ahora es el presidente del Consejo Consultivo del Grupo, lo que le dará la oportunidad de analizar y aconsejar en la toma de decisiones de los directivos de las dos empresas que fundó.
“Aquí uno deja de ser tiernito y pasa a ser sazón”, dice Pacheco Ibarra. “Ahora tendré más tiempo para pensar, analizar, revisar y orientar las propuestas de la dirección, y dejaré espacio para que no choquen las generaciones”, agrega.
Martín Benito ha trabajado en esta transición desde hace 18 años. Durante los primero 12, se propuso hacer una consolidación administrativa, afinando todos los esquemas de operación y administración.
Luego, en los últimos seis años, preparó un esquema de relevo en la dirección del Grupo para poder tomar la presidencia del Consejo.
“El modelo FIGLO, aparte de contar con contrapesos de poder, tiene una participación compartida, un esquema de operación y de administración transparente, lo cual lo blinda de actos de corrupción”
–Martín Pacheco Ibarra, Presidente del Consejo Consultivo de Grupo DAFI e ITA
Experiencia y relaciones
El presidente del Consejo Consultivo de Grupo DAFI e ITA distingue cinco niveles en una compañía: empleado u operario, supervisión, gerencia, dirección y presidencia. Los cuatro primeros están en el plano ejecutivo y el quinto, en el de la consejería.
Hoy que se encuentra en el quinto nivel, sus activos más valiosos, comenta, son la experiencia acumulada y las relaciones que ha tendido a lo largo de su vida y trayectoria profesional.
“Experiencia y relaciones. Esos dos activos te ayudan mucho a hacer un coaching para toda esa población de jóvenes que viene, entre 18 y 50 años, y que trae como común denominador la energía en su mejor expresión”, afirma.
Al ofrecer a los jóvenes colaboradores una buena instrucción en el plano de la ejecución, “seguimos aportando ingredientes sumamente valiosos para la permanencia y la buena marcha de las empresas del Grupo y estamos haciendo un campo propicio para continuar con la formación de seres humanos propositivos, que generen bienestar a la comunidad a la que pertenecen”, asegura Pacheco Ibarra.
Un empresa para superarse
Desde que fundó DAFI en 1992, Martín Benito ha estado muy al pendiente del que considera el activo más importante, y a la vez más complejo, de una sociedad y, por lo tanto, de una empresa: el recurso humano.
“Ir creciendo de 1 a 319 colaboradores que somos al día de hoy y hacer un sistema de selección en el que seamos cuidadosos en ingresar personas que estén en comunión con los valores y principios universales, así como fomentarlos ya dentro de la compañía, ha sido un gran reto, pero tengo un excelente equipo de trabajo que, sin mucho esfuerzo, ejerce esos valores en el día a día de la operación”, menciona.
Un común denominador del personal que labora en el Grupo es el origen humilde. “No hay nadie que venga de pañales de seda”, pondera el presidente del Consejo, pues él se propuso conformar una empresa donde el hecho de ser pobre o no provenir de una familia prominente no fuera impedimento para que una persona “echada pa’delante” encontrara un lugar donde explotar su creatividad.
“Y ese lugar se llama DAFI”, puntualiza.
Édgar Hernández