A través de Escuela-Hogar, uno de los primeros programas colaborativos de este tipo implementados en Latinoamérica, y el cual se realizó como plan piloto en cuatro escuelas primarias de Culiacán, se logró que los alumnos con problemas de atención y conducta tuvieran un mejor desempeño académico, emocional y social.
La doctora Lauren Haack, de la Universidad de California en San Francisco, y la doctora Eva Angelina Araujo Jiménez, profesora investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quienes llevan a cabo este pilotaje en la entidad, mencionaron que en los próximos tres años se pretende extenderlo a seis planteles más.
El Programa Colaborativo para Habilidades de la Vida (CLS, por sus siglas en inglés) es un tratamiento multicomponente dirigido a niños con problemas de atención o conducta.
Se lleva a cabo dentro del plantel y es otorgado por el personal de la misma escuela a través de las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (Usaer), el cual recibe previamente un entrenamiento por parte del equipo especializado de investigación, para adquirir las herramientas y habilidades necesarias para impartir las sesiones a padres, niños y maestros de aula.
Este programa piloto es un estudio de investigación financiado por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, y se realizó en escuelas primarias de las colonias Las Huertas, 21 de Marzo, Valle Alto y Las Vegas.
Eva Araujo señaló que el propósito de este estudio es aprender acerca de la eficacia de una intervención psicosocial y conductual para niños con dificultades en su atención y conducta y adaptar el tratamiento CLS basado en evidencia para este tipo de problemas en las escuelas de México.
Detalló que los análisis cualitativos preliminares indican que los niños han mejorado en habilidades sociales, emocionales, académicas y de comunicación con su familia.
“Es nuestro compromiso valorar la aplicación del programa en un número mayor de escuelas en nuestro país. En los próximos tres años esperamos extenderlo a 6 escuelas primarias (2 por año) y contar con una participación de entre 36 y 48 familias”, dijo.
La intervención pedagógica incluye tres componentes principales: habilidades parentales, donde los padres de familia acuden a seis grupos semanales para aprender estrategias que promuevan el compromiso, la motivación y la regulación conductual.
El segundo componente es la ayuda de los maestros de aula, quienes reciben asesorías durante el programa, de tal forma que brinden apoyo a las metas conductuales y la adquisición de habilidades de sus estudiantes.
Y el tercer componente es la construcción de habilidades de los niños; aquí los alumnos acuden a seis grupos semanales para aprender habilidades socio-emocionales, de independencia y de organización, mismas que serán reforzadas por maestros y padres.