Rosa María Tapia Vidal, triatleta profesional de origen sonorense, ha tenido un 2024 lleno de hitos que han marcado su carrera deportiva. Este año destacó como la mejor representante mexicana y latinoamericana en los Juegos Olímpicos de París 2024, además de cerrar el ciclo en el top 10 del ranking mundial. Para Rosa María, estos logros son resultado de años de dedicación y sacrificios, así como de la paciencia, una virtud que ha aprendido a valorar profundamente.
“En el deporte, los errores son inevitables, pero aprender rápido de ellos es esencial para aprovechar nuevas oportunidades”
Su trayectoria no ha sido sencilla. Reconoce que no posee un talento innato, pero su resiliencia y constante deseo de superación le han permitido competir y superar a rivales de élite, especialmente europeas, quienes dominan el triatlón a nivel global.
Tapia Vidal también atribuye gran parte de su éxito a las decisiones difíciles que tomó en sus inicios, como dejar su ciudad natal, familia y amigos.
“Cada elección ha sido meditada con mi familia, quienes han sido mi pilar a lo largo del camino. Siempre procuro analizar los riesgos, pero avanzar, aun cuando implique salir de la zona de confort”
Mirando hacia el futuro, Tapia Vidal visualiza 2025 como un año clave para consolidarse en las Series Mundiales, buscando mejorar su posición en el ranking y sentar las bases para clasificar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. En su enfoque hacia la excelencia, destaca la importancia de confiar en su equipo interdisciplinario y en el trabajo diario.
“Disfrutar lo que haces es fundamental, incluso en los días difíciles. Esos momentos pasan, y los días buenos siempre llegan”
Además, Rosa María Tapia Vidal es consciente de su papel como figura pública. Considera esencial mantener la humildad y recordar que antes de ser atletas, son humanos. Este enfoque humano, sumado a su disciplina y visión a largo plazo, asegura que su legado en el triatlón inspire a nuevas generaciones.
Con un espíritu inquebrantable y una mentalidad estratégica, Rosa María Tapia Vidal se proyecta como una de las grandes promesas del deporte mexicano, demostrando que los límites son solo puntos de partida.