Inaugurado hace poco más de un año en el puerto mazatleco, el restaurante La Olivia se distingue por su menú, tan variado como delicioso, por promover la compañía de las mascotas, por ser amigable con el medio ambiente y por ofrecer unos suculentos roles de canela.
La Olivia representa un capítulo en la vida de Bárbara Gutiérrez Cortázar, propietaria y fundadora del restaurante. Oriunda de Chihuahua, se mudó a Monterrey para estudiar gastronomía, hizo su especialidad en panadería en Nueva York y luego de trabajar en San Diego, viajó al sudeste asiático para completar diplomados en cocina tailandesa. Tras establecerse en Mazatlán, encontró el ambiente ideal y la inspiración para iniciar su propio negocio. Sus viajes forman parte del menú, que se basa en platillos conocidos que complementa y diferencia con guiños a toda la gama de culturas que conforman su trayectoria.
“No existe un menú como el de nosotros en Mazatlán. Tenemos opciones para veganos, para vegetarianos y para gente que come carne. Nuestra característica es la diversidad. Por otro lado, me gusta mucho que nuestro lugar sea lo más eco friendly posible, de tener una conciencia ambiental. Reciclamos todo lo que podemos. Es tedioso, pero es el granito de arena que podemos aportar”, recalca Gutiérrez Cortázar.