El desempleo en México se mantiene bajo, pero afecta sobre todo a los más jóvenes. En septiembre de 2025, 32.6 por ciento de las personas sin trabajo tenía entre 15 y 24 años, mientras que 49% se ubicó en el rango de 25 a 44 años, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.
En total, durante septiembre, 1.8 millones de personas estaban desempleadas, lo que representa una tasa de desocupación de 3 por ciento de la población económicamente activa.
Aunque el indicador general apenas subió una décima frente al año pasado, la participación laboral juvenil sigue siendo la más vulnerable. De acuerdo con un análisis de Monex, publicado por Expansión, la tasa de desempleo hiló tres meses consecutivos de incrementos, alcanzando su mayor nivel en 13 meses.
Con cifras originales, la población económicamente activa sumó 62.1 millones de personas, lo que implicó una tasa de participación del 59.6 por ciento, ligeramente menor que el 60 por ciento de un año antes.
La población ocupada fue de 60.2 millones, mientras que la subocupada, es decir, quienes desean trabajar más horas, se ubicó en 4.4 millones de personas (7.3 por ciento).
En contraste, la población no económicamente activa ascendió a 42.1 millones, de los cuales 5.4 millones están disponibles para trabajar, pero no realizan acciones para incorporarse al mercado laboral.
Informalidad y manufacturas
También destaca que la informalidad laboral alcanzó 54.9 por ciento, lo que equivale a 33.1 millones de trabajadores, cifra mayor a la registrada el año pasado.
En cifras desestacionalizadas, la tasa de desempleo fue de 2.74 por ciento, mostrando un leve incremento mensual, mientras que la participación laboral subió a 59.55 por ciento, reflejando un desempeño mixto del mercado laboral. Monex advierte que el empleo en México muestra señales de heterogeneidad sectorial.
Por un lado, el sector servicios mantuvo dinamismo, impulsado por el comercio y la hotelería. Por otro lado, las actividades secundarias evidencian una debilidad estructural, destaca el caso de las manufacturas que perdieron 250,000 empleos en el último año.
La encuesta del INEGI también muestra que la informalidad laboral continúa siendo el mayor desafío: 54.9 por ciento de los ocupados -equivalentes a 33.1 millones de personas- trabaja sin acceso a seguridad social ni prestaciones.
Además, cuatro de cada 10 trabajadores ganan hasta un salario mínimo y cerca de 15 por ciento no reporta ingresos definidos, lo que evidencia un panorama de empleos precarios. A esto se suma que 33.6 por ciento de los ocupados se encuentra en condiciones críticas, ya sea por exceso de horas o bajos ingresos.












