En 1981, Genaro Navarro tomó una decisión que marcaría el rumbo de su vida y de la industria eléctrica en Sinaloa: dejar su puesto en la CFE para emprender su propio camino. Ese paso, dio origen a Electro Constructores Asociados (ECO), con enfoque en proyectos de vivienda y que hoy, cuatro décadas después, se ha consolidado como un referente nacional en la construcción de obra eléctrica especializada.
El relevo generacional llegó con su hijo, Egeiro Navarro, quien asumió la dirección hace 16 años y ha guiado a la compañía en una etapa de modernización y expansión.
“Tenemos un compromiso muy retador y una responsabilidad que atender. La primer generación nos dejo la vara bastante alta”.
Crecer junto a los clientes
El crecimiento de ECO se explica a través de sus obras. La primera gran oportunidad llegó en 1982 con la planta de Fibrasin, en Navolato, proyecto la consolidó en el sector eléctrico. Con Casa Ley, participó en la construcción de más de 150 tiendas de autoservicio. Con Salud Digna, su colaboración se ha extendido a más de 170 clínicas en todo el país.
Otros proyectos incluyen la iluminación del estadio Akron Chivas, el edificio de la USE, la Central Camionera Millenium y desarrollos comerciales como Plaza Ceiba, en Culiacán. En Mazatlán, ejecutó obras hoteleras de gran escala, entre ellas un hotel One y un Fiesta Inn. En Los Cabos participó en complejos como Hacienda del Mar.
Actualmente, desarrolla el edificio Stelarhe en Mazatlán, el cual será el más alto de Sinaloa, así como el Campus Corporativo y el Centro Nacional de Referencia de Salud Digna.
Cultura de confianza
El crecimiento de ECO se ha sostenido gracias a la confianza de sus clientes y la permanencia de su equipo de colaboradores, lo que ha permitido que sea vista como un aliado estratégico de empresas en expansión.











