A pesar del alza en electromovilidad que se ha registrado en los últimos años, Electromovilidad Asociación México (EMA), advirtió que aún hay brechas importantes para consolidar el sector.
Según publicó México Industry, a junio de 2025, México superó las 50,000 unidades eléctricas en circulación, cifra impulsada por incentivos fiscales, asociaciones público-privadas y una mayor conciencia ambiental.
Sin embargo, este número aún representa menos del 1 por ciento del parque vehicular nacional, por lo que la expansión debe acelerarse. En cuanto a infraestructura, existen ya 2,200 estaciones de carga pública, pero sólo alrededor del 30 por ciento son de carga rápida (50 kW o más), lo cual limita su uso en viajes de largo recorrido o en operaciones de transporte de carga.
La electromovilidad se refiere al uso de vehículos impulsados por energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles como la gasolina o el diésel. Implica la adopción de tecnologías de propulsión eléctrica en diversos medios de transporte, como automóviles, autobuses, bicicletas, e incluso trenes y aviones, así como la infraestructura necesaria para su operación y carga.
Otro punto clave es la capacidad de generación eléctrica.
“Para cubrir el crecimiento proyectado, necesitaríamos añadir entre 3 y 5 GW adicionales de energía limpia en la próxima década, junto con una red inteligente que permita recarga vehicular masiva, sin comprometer la red eléctrica”, explicó Eugenio Grandio, presidente de EMA.
Sobre políticas públicas, urgió la publicación inmediata de una Norma Oficial Mexicana (NOM) para vehículos eléctricos que regule estándares de seguridad, interoperabilidad y calidad de servicio.
Asimismo, los procesos de importación de baterías y la falta de incentivos regionales frenan la instalación de plantas de ensamblaje y el desarrollo del ecosistema local.
Se prevé que en 2030 el 70 por ciento de los autos nuevos vendidos en zonas metropolitanas deberían ser eléctricos o híbridos. Para ello se ocupa un esquema de subsidios temporales, programas de capacitación técnica y un plan nacional de electromovilidad que articule los sectores
público, privado y académico.En esencia, la electromovilidad busca reducir el impacto ambiental del transporte al disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos, además de ofrecer una alternativa más eficiente y silenciosa.
Beneficios de la electromovilidad:
- Reducción de emisiones:
Los vehículos eléctricos no emiten gases de escape durante su funcionamiento, contribuyendo a la mejora de la calidad del aire y la mitigación del cambio climático. - Mayor eficiencia:
Los motores eléctricos son más eficientes que los motores de combustión interna, lo que se traduce en un menor consumo de energía y costos de operación. - Menor contaminación acústica:
Los vehículos eléctricos son más silenciosos que los vehículos de combustión interna, reduciendo la contaminación acústica en entornos urbanos. - Mayor seguridad:
Algunos vehículos eléctricos ofrecen tecnologías de seguridad avanzadas que pueden mejorar la seguridad vial.