Los productores del Centro-Norte de Sinaloa, la región con mayor vocación agrícola pero también la menos diversificada de la entidad, están apostando al cultivo de aguacate, actividad que el año anterior representó para México un mercado de 49 mil 481 millones de pesos y un volumen de 2 millones 300 mil 889 toneladas, de acuerdo a datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la SAGARPA.
Este proyecto, denominado Proyecto Piloto de Cultivo de Aguacate, iniciado en 2019 y que forma parte de la estrategia de diversificación que impulsa el Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa (CODESIN) para producir mayor rentabilidad a través de aprovechar el potencial agrícola de la zona, cuenta con la participación de siete productores agrícolas y el soporte técnico de los centros de investigación del estado: el Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Estado de Sinaloa (CESAVESIN), Fundación Produce Sinaloa A.C., la Secretaría de Agricultura y el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) de Sinaloa.
En la Región Centro-Norte (Guasave, Sinaloa, Angostura, Mocorito y Salvador Alvarado) en 2019 el sector agrícola representó 19 mil 300 millones de pesos en valor con una producción de 3 millones 887 mil 569 toneladas, el 32% y 31% del total del estado, respectivamente (SIAP, SAGARPA), y sus principales cultivos fueron: maíz, papa, alfalfa verde, tomate rojo y sorgo.
Etapa experimental
Florencio Angulo, uno de los productores agrícolas que decidió invertir en la diversificación, mencionó en entrevista que buscan encontrar cuál de las variedades se podría adaptar a Sinaloa y en qué parte de la entidad, porque hay muchos microclimas en ella. Añadió que por ejemplo en Michoacán, principal estado productor del fruto en el país, este tiene desde tierra caliente que sería como la costa de Sinaloa, pasando por el calor húmedo, hasta partes muy templadas que están arriba de mil metros sobre el nivel del mar que es donde se dan los aguacates en esa región.
“Esta es la primera etapa donde veremos si se dan, y luego ver cuáles variedades se dan; posteriormente entonces viene la parte de ver para qué sirve, para fruto en fresco, ya sea para aceite, o para procesarlo y venderlo como guacamole, pero ahorita estamos en la etapa de ver cómo se comportan en los diferentes tipos de tierra y latitudes y en base a eso ver el tamaño y la calidad del fruto”, manifestó.
Agregó que en la etapa experimental del cultivo de aguacate se tiene como propósito verificar que el proyecto vaya a ser rentable pues la inversión es alta considerando que por cada hectárea rondaría los 150 mil pesos, mientras que para el maíz es de aproximadamente de 40 mil pesos. Así mismo detalló que son cuatro las variedades elegidas para experimentación: Hass, Hass Méndez, San Miguel, y Flor de María, y que la determinación de cuál árbol será por el que se decanten los productores dependerá, entre otros factores, de la calidad del fruto, kilos por hectárea, rendimiento y oportunidades de negocio.
“Ojalá hubiera muchos productores cooperantes en diferentes cultivos pues debemos seguir buscando otras posibilidades de negocio en el campo y dejar el monocultivo. Sinaloa tiene muchos tipos de clima y terreno, y creo que podemos buscarle a cada región esos cultivos que pudieran desarrollarse, así como en California que hay más de 170 tipos de frutales que se producen, yo creo que Sinaloa tiene ese potencial. Decían que los berries no se daban en Sinaloa y ahora resulta que se dan mejor que en Michoacán y Jalisco. Entonces Sinaloa da sorpresas con esas capacidades que tiene, con esa riqueza y la gente que es echada pa’lante y siempre anda buscando nuevos retos”, añadió.
Avance positivo
Carlos Calderón, responsable de Genética y Genómica de plantas del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) de Sinaloa, señaló por su parte que el proyecto presenta, hasta ahora, un crecimiento positivo de las plantas que se desarrollan en siete predios, cuatro que se ubican en la parte baja de Guasave y tres rumbo a Sinaloa de Leyva, pertenecientes al mismo número de productores inversionistas. Añadió que en cada uno de los predios hay por lo menos un cuarto de hectárea experimental en las cuales están sembradas las variedades seleccionadas: Hass, Hass Méndez, San Miguel y la variedad Flor de María, de las cuales la San Miguel es la única planta regional y por su misma condición la que mejor ha respondido.
“Tenemos un poco más del año con el experimento; estamos ahorita en la fase de revisión de cómo se adapta la planta o el arbolito en sí a la región; es la meta, el tener un análisis de adaptación de la planta, y del fruto todavía no sabemos nada porque va a producir hasta dentro de unos dos años, dependiendo de cómo se vayan adaptando aquí”, externó.
Agregó que dentro de los retos que han tenido para el desarrollo de las plantas de Hass, Hass Méndez y Flor de María, se encuentra el clima de verano que ha causado la pérdida de follaje de las especies, así como problemas de hongos, pero que la recuperación de los árboles afectados ha sido óptima.
“Necesitamos continuar con el proyecto para verificar si esa tendencia se va a confirmar y ya después cuando los árboles tengan fruto se va a revisar la calidad del mismo, en cuanto al tamaño, en cuanto al sabor, en cuanto al contenido de aceite y todos los parámetros de calidad de un fruto de aguacate, para decidir cuál de las variedades se puede comercializar”, añadió.
El CIIDIR, en conjunto con los centros de investigación agrícola que participan en el proyecto, continuarán con el monitoreo y registro de incidencias hasta que los árboles lleguen a su edad productiva que se da alrededor de los 3 años de crecimiento, etapa en la que les darán un manejo diferente para lograr la floración y el fruto. En ese momento se podrá lograr una mejor estimación del rendimiento que tendrán los cultivos y, una vez definida la variedad a producir y comercializar, las expectativas son que cada hectárea pueda generar un mínimo de 10 toneladas de aguacate por cada ciclo agrícola.
“Debemos seguir buscando otras posibilidades de negocio en el campo y dejar el monocultivo”
Florencio Angulo
Productor agrícola