Sentimientos de soledad, vacío, desesperanza, pérdida de fe y resentimientos, son tierra fértil de donde las drogas y el alcohol se han aprovechado para ir avanzando y tomando control en la voluntad de nuestros pacientes, siendo además, una de las áreas más importantes que componen nuestro tratamiento multidisciplinario, ya que nuestros pacientes, aún con todo el trabajo terapéutico que realizan en sus emociones, historia familiar y análisis de su personalidad, si el área espiritual no se restaura, no podríamos hablar de una genuina rehabilitación.
En Comunidad de Sinaí, ofrecemos un tratamiento integral que cuenta con el programa de los 12 pasos como su columna vertebral, siendo así nuestro tratamiento más que religioso, un tratamiento que cuenta con el área espiritual como uno de sus principales pilares; y hoy en día, podemos mencionar varias religiones, las cuales tienen sus dogmas, principios, rituales, etc., e incluso, podemos ver personas muy religiosas en tanto apegadas a los lineamientos de su religión, sin embargo, nos damos cuenta también que, en algunas de ellas, aun siendo muy religiosas manifiestan también una pobreza espiritual, al seguir viviendo del lado de la angustia, el temor e incluso la soledad. Por otra parte, la espiritualidad resulta ser además, de los temas más difíciles de explicar, al ser una
experiencia que se siente y no se racionaliza, se vive en armonía, congruencia, paz y tranquilidad y, al referirnos que pueden haber personas muy religiosas pero con una pobreza espiritual, nos referimos a aquellos que cumplen con los dogmas y principios de su religión pero, se encuentran con la dificultad para sentir paz, serenidad y sus actos, no resultan congruentes con lo que piensan, sienten y dicen, justo lo primero que se pierde en toda adicción, vemos a las personas que han desarrollado una adicción, encontrándose en su pérdida de control, haciendo promesas a sus familiares, compromisos con ellos mismos que no pueden cumplir y terminar haciendo lo contrario de su propósito inicial, al igual sobre los afectos que sienten hacia sus seres queridos y actuar como si sintieran lo contrario.
Así es como en Comunidad de Sinaí, recibimos a pacientes cualquiera sea su religión, siendo muy respetuosos con su formación y educación religiosa de cada uno de ellos, pues cierto es también, que religión y espiritualidad no se contraponen, hay quienes han logrado a través de su religión contactar con su parte espiritual y es éste uno de los objetivos que en Comunidad de Sinaí conseguimos. Nuestros pacientes, en las dos primeras semanas de su internamiento, son evaluados por cada una de las áreas que conforman nuestro equipo multidisciplinario y en base a lo cual, se le diseña un tratamiento personalizado. Trabajando en lo que respecta nuestra área espiritual, en los duelos ya sea por muerte física de algún ser querido, así como toda experiencia que conlleva una pérdida, como son las separaciones, abandonos y/o divorcios. Abusos en el área sexual y toda situación que haya dejado como resultado la experiencia de haber recibido una ofensa que ha dejado paso a la conformación de un resentimiento, también son exclusivos de nuestra área espiritual, pues ¿quién viviendo resentido puede vivir en paz?
Así, en Comunidad de Sinaí ofrecemos un plus en nuestro abordaje espiritual con nuestros pacientes, al haber incorporado como parte del tratamiento y proceso que viven cada uno de ellos, los talleres de la Fundación Para El Perdón Y La Reconciliación, entendiendo por Perdón, la capacidad de mirar con ojos nuevos la ofensa que se vivió, recordándolo sin dolor, a través de un ejercicio interior que permite a nuestros pacientes ver su futuro con esperanza y dejar de estar estancados en el pasado. Que les permita, además, moverse del lugar de víctima, retomando el poder que han cedido al resentimiento que sólo auto-envenena. Y para lo anterior, requerimos de decisión y valor, mismos que a través de un proceso que se vive en Comunidad de Sinaí, se logra dicha restauración.