No todos los trabajos están en igual nivel de riesgo ante el avance de la inteligencia artificial. Mientras ocupaciones como capturista de datos, auxiliar contable, mecanógrafo o analista financiero concentran tareas que pueden ser asumidas por sistemas de IA generativa, otras como trabajadores de la construcción, jornaleros agrícolas y personal de limpieza se mantienen fuera del alcance de esta tecnología.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el informe “La IA generativa y los empleos: Un índice global refinado de exposición ocupacional”, difundido por Linkedin, el cual permite observar con mayor precisión qué empleos están siendo más transformados por esta tecnología y cuáles mantienen barreras estructurales frente a la automatización.
El nuevo índice de exposición ocupacional, construido a partir de más de 400 categorías de empleo reconocidas por el sistema ISCO-08, clasifica cada trabajo no sólo por sector, sino por el tipo de tareas que la componen.
Esa distinción es clave en el análisis, pues la IA generativa no tiene el mismo impacto en los trabajos, sino que logra entrar con más fuerza en aquellos roles donde las funciones son repetitivas, altamente estructuradas y digitalizables.
En ese grupo, por ejemplo, aparecen las tareas administrativas, contables y de procesamiento de texto.
“Hemos ido más allá de la teoría para construir una herramienta basada en empleos reales. Al combinar la perspectiva humana, la revisión experta y modelos de IA generativa, hemos creado un método replicable que ayuda a los países a evaluar riesgos y responder con precisión”
Paweł Gmyrek, investigador principal de la OIT y autor principal del estudio
La OIT identificó a los capturistas de datos como la ocupación más expuesta del mundo. Le siguen los mecanógrafos, los auxiliares contables y los trabajadores de centros de atención telefónica. Todas estas actividades ya están en proceso de automatización en muchas empresas que utilizan herramientas de IA para redactar documentos, consolidar bases de datos o responder consultas.
De acuerdo con el informe, estos son los 10 empleos más expuestos a la IA generativa:
- Capturista de datos
- Mecanógrafo
- Auxiliar contable
- Auxiliar administrativo en finanzas o seguros
- Empleado de gestión de nóminas
- Analista financiero
- Ejecutivo de call center (ventas)
- Oficinista general
- Agente de bolsa o asesor bursátil
- Desarrollador web o de contenido multimedia
En el otro extremo están los empleos menos expuestos, aquellos que requieren habilidades manuales, contacto físico o toma de decisiones de acuerdo al contexto del momento.
En este grupo figuran ocupaciones como las diferentes variedades de trabajadores de la construcción, plomeros y personal de limpieza, donde el trabajo depende de la coordinación física, la adaptación al entorno inmediato o el uso de herramientas no estandarizadas.
Algunos de estos trabajos, además, se desarrollan en condiciones informales o sin estandarización digital, lo que los vuelve aún menos susceptibles a ser asumidos por sistemas automatizados.
En estas actividades, el valor está en la acción situada, en la capacidad de improvisación y en la experiencia directa, tres condiciones que la IA generativa no puede replicar.
Estos son los 10 trabajos menos expuestos a la IA generativa:
- Recolector de agua y leña
- Barrendero o trabajador de limpieza de calles
- Recolector de basura y materiales reciclables
- Trabajadores de la construcción
- Trabajador forestal
- Jornalero agrícola
- Lavador de autos
- Personal de limpieza de edificios
- Cazadores y tramperos
- Plomeros y electricistas
Uno de los hallazgos centrales del informe es que pocas ocupaciones están completamente expuestas a la automatización. La mayoría combina tareas que pueden ser asumidas por sistemas generativos con otras que aún dependen del juicio humano.
Por eso, más que sustituir empleos por completo, señala la OIT, la IA permite modificar su composición interna. De esta manera, un puesto que antes dependía de una cadena de funciones manuales o cognitivas puede terminar dividido entre procesos automáticos y tareas especializadas que ganan peso.
El impacto real, entonces, no es la desaparición total, sino la reorganización del trabajo. Algunas funciones serán absorbidas silenciosamente por la tecnología, mientras otras se volverán más estratégicas o demandarán nuevas habilidades. En este contexto, el reto no es sólo adaptar a los trabajadores, sino redefinir qué parte de cada empleo es necesario mantener en manos humanas.