Hace 13 años, en abril de 2005, Alonso Peimbert Riestra, actual director general de la firma de arquitectura G+3 y presidente del Consejo de Administración de la Universidad Golfo de California, ofreció una entrevista para el artículo de portada de Bien Informado.
En aquel momento, habló de su empresa inmobiliaria Privadas Tres Ríos, que buscaba, sobre todas las cosas, distinguirse por su calidad en el servicio. A continuación le compartimos un extracto de ese artículo.
De la mano de Peimbert Riestra, arquitecto con tintes administrativos, esta desarrolladora de privadas residenciales ha apostado con éxito en el sector residencial medio-alto, innovando desde sus inicios en productos y programas financieros, pero, sobre todo, en el trato que se les da a los clientes, considerándolos como socios.
La personalización, el toque especial para cada familia, ir conociendo el mercado y tener la capacidad de adecuar el producto a las necesidades específicas han sido solamente algunas de las claves del éxito de esta empresa, pionera en el segmento de privadas residenciales personalizadas y actualmente con proyectos todavía más ambiciosos que le permitan seguir innovando en la construcción y lograr, como dice el director, la profesionalización de la construcción.
Cada proyecto, un nuevo reto
Iniciando con el primer proyecto residencial en un espacio físico que difícilmente se vería en esos tiempos habitado, Peimbert Riestra, en sociedad con Diego Orozco Peimbert, realizó lo que inicialmente serían dos casas: el proyecto La Ribera, ubicado en la nueva zona del Desarrollo Urbano Tres Ríos, misma que actualmente se ha convertido en una zona residencial y comercial.
Su visión ha sido tal, que en cada lugar donde la empresa inicia un proyecto abre camino a otros, y no es presunción de su parte, es saber lo que se está haciendo.
Con privadas Las Riberas el éxito fue rotundo, aunque no fácil. La privada se completó, fue un foco de atención, una llamarada que, afortunadamente, aún sigue encendida.
Para este primer proyecto, en el que el empresario había apostado todo, influyó mucho su preparación universitaria y posterior. Alonso se graduó de la carrera de arquitectura y, tiempo después, decidió realizar una maestría en administración y finanzas aplicadas a la construcción, algo extraño, como él lo califica, que lo llevó a formar su propia empresa en la ciudad de Guadalajara, ya que no logró encontrar un empleo donde aplicara sus conocimientos.
En un segundo proyecto, Quinta Real, siguió con el mismo nivel de construcción, solamente que este se vio más complicado en sus inicios por la ubicación en la que se encontraba: la colonia Las Quintas.
El director de Privadas Tres Ríos asegura que este factor fue determinante para que inicialmente la situación se viera difícil, ya que es un sector donde generalmente sus clientes potenciales quieren salirse de él, no quedarse.
Sin embargo, otros desarrollos urbanísticos que se están generando en la misma zona impulsaron el proyecto y orientaron a la gente a entender que no se trataba de una privada en el medio de una colonia tradicional, sino que era parte del nuevo desarrollo de la ciudad, anotando otro éxito.
El tercer proyecto, Las Flores, surge como una oportunidad de una nueva privada que la extinta desarrolladora de vivienda Casa Nueva estaba realizando. Se vio el atractivo de la ubicación, la facilidad de adecuarla a su proyecto y poco a poco se consolidó el mismo, bajo el mismo esquema y dirigido al mismo nivel socioeconómico, con el prototipo de residencias que el empresario denomina “generación uno”.
En el cuarto proyecto, Rincón Alamedas, Privada Tres Ríos maneja lo que se considera la “generación dos”.
Y el desarrollo de proyectos continúa. Con Real del Álamo se apuesta por un producto más accesible que, a pesar del éxito obtenido, lleva a la decisión de mantenerse en el mismo segmento que en los anteriores proyectos; Magnolias, con el que se innovó de nuevo, hacia un segmento que no estaba cubierto: el de personas mayores, con casas completas de una planta y terrenos más amplios.
Después nace Puerta de Hierro, como una alternativa de una zona en la que le toca a la empresa nuevamente ser pionera, y que hoy también es una zona residencial muy bien consolidada.
A raíz del éxito de Puerta de Hierro, se comienza a desarrollar otro complejo habitacional: Puerta de Hierro Condominios, consistente en un edificio de 24 condominios en tres niveles, siguiendo la misma esencia de sus residenciales.
Asimismo, Privada Tres Ríos desarrolla Country Courts, proyecto que la empresa considera el más ambicioso hasta el momento: un edificio de oficinas al frente y privada residencial en la parte posterior, lo que se conoce como “generación cinco de proyectos”, una arquitectura más contemporánea, más sobria pero más a la moda, con elementos minimalistas en su diseño y ejecución.