En 2015, Jesús Alberto Cázarez Osuna decidió emprender con la idea de hacer un jarabe de arándano para raspados. Sin embargo, las dificultades para perfeccionar la fórmula lo llevaron a cambiar de rumbo, dando origen a lo que hoy es una empresa productora de snacks a base de frutas secas y deshidratadas.
“Renuncié a mi empleo con la idea de hacer un jarabe para raspados, pero nunca di con la fórmula. Se convirtió en un té de arándano y con eso arrancamos. Entonces, vi que en la distribución no convenía llevar un solo producto, sino la mayor cantidad de productos posibles”
, comenta Jesús Cázarez al recordar cómo, al incluir arándanos enchilados y naturales en pequeñas bolsas, capturó rápidamente la atención del mercado.
“La bebida fue quedando relegada, y vimos que era por el lado de los snacks”, agrega. Este giro en la estrategia permitió a la empresa expandirse rápidamente en puntos de venta como tienditas, escuelas, gimnasios, fruterías, nutriólogos y cadenas como Oxxo, Kiosko y Casa Ley en Mazatlán y el sur del estado.
La propuesta de Bonack se centra en ofrecer alternativas saludables a las frituras tradicionales, con productos como el mango deshidratado natural y enchilado, almendras tostadas con chile, ciruelas enchiladas y chips de plátano naturales y con chile. La aceptación de estos productos ha sido tal que la marca ya cuenta con más de 330 puntos de venta en Sinaloa, además de realizar envíos a otras partes de México.
El emprendedor destaca que el éxito de Bonack se debe a la frescura y naturalidad de los productos. A pesar de ser deshidratados, no contienen conservadores ni químicos añadidos, y su vida de anaquel tiene un promedio de 50 días.
“Tratamos de que nuestros productos se sientan lo más frescos posible, aunque sean deshidratados. El chile está equilibrado para que, si no lo comes, sí lo puedas consumir. La frescura y el sabor son importantes para que nuestros clientes los disfruten.”