La salud mental de los jóvenes mexicanos atraviesa una crisis silenciosa, según revela un reciente informe de UNICEF sobre la Generación Z. El estudio, realizado en varios países, retrata lo que muchos intuían pero pocos habían medido: el peso emocional que enfrentan las nuevas generaciones ante un entorno saturado de información, violencia y crisis globales. En México, las cifras son especialmente preocupantes.
“UNICEF acaba de retratar algo que muchos intuíamos, pero que pocos habían medido: el estado de salud mental de la generación Z”, explicó Aurore Brozé, especialista en salud mental y apoyo psicosocial del organismo en México, para MVS Noticias.
Según los datos del informe, el 72 por ciento de los jóvenes en México se sienten abrumados por la exposición constante a noticias e información, lo que genera un agotamiento emocional profundo.
“Lo que antes informaba, ahora abruma, no procesan solo la información, sino que la padecen, podemos concluir que es una generación quizás la más conectada, pero también la más sola frente a esta carga emocional”, explica.
La Generación Z, también conocida como centennials o zoomers, es la cohorte demográfica nacida aproximadamente entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2010.
Se caracterizan por ser nativos digitales, haber crecido con internet y dispositivos móviles, y tener un fuerte compromiso con causas sociales y ambientales. Son emprendedores, cautelosos con su privacidad y se preocupan por su salud mental.
Los jóvenes mexicanos han crecido en un contexto marcado por crisis simultáneas: violencia, conflictos sociales, crisis climática y un entorno digital que multiplica la ansiedad, lo que agrava la situación.
“Vivimos un tiempo de crisis múltiples, es una generación que jamás ha visto un país en paz, la violencia tiene un impacto directo en cómo nos sentimos, cómo pensamos y cómo vemos el futuro”, enfatiza.
El estudio también muestra que México lidera entre los países encuestados en número de jóvenes que afirman necesitar ayuda con su salud mental, y la mitad de ellos reconoce que no sabe cómo obtenerla.
La mitad de los jóvenes encuestados dicen que necesitan una ayuda, cifras que conectan directamente con la tasa de suicidio del país. En tres décadas, entre 1990 y 2020, se triplicó la tasa de suicidio entre jóvenes: pasó de 3.2 a 9.6 por cada 100 mil habitantes. Hoy es la tercera causa de muerte juvenil.
Para la especialista, estos datos deben tomarse como una advertencia seria y una responsabilidad compartida entre gobierno, medios, sector privado y familias.
“Tenemos una responsabilidad colectiva. Lo que nos está diciendo la generación Z está claro: el sistema les está fallando. No funciona”, enfatizó.
La especialista de UNICEF reconoció que existen esfuerzos institucionales, como la reciente campaña de prevención del suicidio impulsada por la Comisión Nacional de Salud Mental, pero que no deben ser pasos aislados.
La situación
Los dos principales trastornos de salud mental que afectan a la población de México y el mundo son el depresivo y de ansiedad. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 280 millones de personas sufren depresión alrededor del planeta y en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aproximadamente 35 millones han experimentado algún episodio depresivo.
En tanto, los trastornos de ansiedad afectaron a 301 millones de personas (2019) según el mismo organismo internacional. En tanto, la primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (2021) del INEGI reporta que el 19.3 por ciento de la población adulta tiene síntomas de ansiedad severa, mientras otro 31.3 por ciento revela ansiedad mínima o en algún grado.











