Con la presencia de un público concurrido, la tarde del miércoles 15 de enero del año en curso, se llevó a cabo la conferencia Vida cotidiana en Culiacán de 1950 a 1980, que impartió la maestra Georgina González Mendívil, en las instalaciones de El Colegio de Sinaloa. Cabe mencionar que está actividad fue realizada en coordinación con el Seminario de Cultura Mexicana, organismo que busca promover el talento local sinaloense.
Durante su conferencia, Georgina González expuso que de 1950 a 1980 Culiacán sufrió un proceso de desarrollo natural, oscilando entre lo rural y lo urbano. La historiadora explicó que esta investigación la realizó con el objetivo de preservar aún más la identidad de Culiacán, pues destacó que en ciertas ocasiones sus propios ciudadanos se enfocan más en mantener la historia de hechos impactantes y dejar por un lado la historia ordinaria de hábitos cotidianos. Indicó que estas décadas nos muestran la evolución de aspectos tan diversos como los transportes, el comercio o el esparcimiento.
Culiacán en 1950
La maestra González Mendívil detalló que las personas entrevistadas —sus fuentes orales— le relataron que en ese entonces Culiacán se percibía como una ciudad sumamente pequeña, pues la longitud de la capital sinaloense se consideraba desde las vías del tren Tacuarinero hasta la colonia Hidalgo y la Novena Zona Militar. Sin embargo, la historiadora recalcó que no puede asegurar que las dimensiones de la ciudad fueran realmente pequeñas porque no existía un punto de comparación. No obstante, afirmó que en los años 70´s la capital comenzó a expandirse y fue donde se creó la colonia Las Quintas.
Transporte
En cuanto a la movilidad, la historiadora explicó que, con la ampliación de la ciudad, la manera de transportarse también, ya que el uso de las arañas era altamente frecuente, pero este transporte originalmente era un caballo tirando de una carreta y no una camioneta como hoy se conoce. Indicó que también existían otros objetos de movilidad como los automóviles —los cuales solamente las personas de clase alta poseían— así como camiones y camionetas para el comercio.
Familia y Noviazgo
La maestra Georgina González compartió que, en este rubro, la familia y el noviazgo eran altamente correlacionados, puesto que este último no podía existir sin que tuviera participación los padres de la novia, ya que las visitas e incluso la misma aprobación de la relación debía correr por parte de ellos. Comentó que todo fue tan conservador que se establecía un horario fijo para las visitas. Dijo que en todas las ocasiones la novia debía salir acompañada por un chaperón que no siempre era la misma persona, pero que sin duda alguna la idea de salir sola con la pareja era visto de mala manera, y toda esta seguridad era con la intención de cuidar la imagen de la señorita. También explicó que existían relaciones donde se encontraban a escondidas, pero con menor afluencia.
Entretenimiento
Para este tópico, la investigadora comentó que hasta nuestros días se preservan algunas tradiciones como el paseo típico a la bahía de Altata, la misa de domingo en la Lomita y la visita al cine al menos tres veces al mes. Pero lo que por cuestiones de actualización ya no se lleva a cabo es el intercambio de historietas o comics, puesto que en esa época era más difícil comprar un ejemplar, así que la opción más viable era hacer un trueque. La manera en el que esto se hacía era colocar una especie de tendedero donde se colgaban todos los comics para su exhibición, y así los lectores seleccionaban que número querían conocer. Cabe destacar que entre los comics se encontraban Kalimán, Memín Pingüín y El Chamaco. También enumeró los cines como formas de esparcimiento familiar, tales como el cine Reforma, Diana, Cosmos, Alcázar, entre otros menos conocidos por las generaciones contemporáneas.
Comercio
Por último, recordó cómo fue la creación de los supermercados Ley y el extinto MZ, los cuales se concibieron con ideas diferentes: Ley ofrecía sus productos en un pequeño abarrote, pero lo que la diferenciaba es que además llevaba sus productos a las comunidades alejadas en camiones. Por otro lado, MZ vendía a los pequeños comercios a mayoreo, sin embargo, la historiadora consideró que lo más relevante en este punto fue el aporte de la familia Castaños: “Considero una joya la historia de los súper mercados Castaños, pues ellos fueron los pioneros en crear este concepto del autoservicio en Culiacán, incluso hicieron publicidad invitando a los clientes a conocer esta nueva modalidad de tienda”, puntualizó.