En 1950, en Mazatlán, Sinaloa, Don Ricardo Lizárraga y sus hermanos, Don Enrique y Don Faustino, plantaron la semilla de lo que hoy es uno de los orgullos empresariales más grandes del estado: Café El Marino. Desde entonces, han transcurrido 74 años de historia, marcada por la resiliencia, innovación y una fuerte identidad familiar.
“Estamos contentos de haber logrado siete décadas, pues ya somos 1,000 colaboradores aproximadamente en el grupo de empresas, y lo más importante es que se está dando la transición generacional en una forma correcta y sana” Javier Lizárraga Mercado, presidente del Consejo de Administración de Grupo Marino
Actualmente, Javier Lizárraga trabaja en la creación de Fundación Marino, una iniciativa que busca canalizar los esfuerzos de responsabilidad social de la empresa, la cual fue pionera en Sinaloa, obteniendo la distinción durante 12 años consecutivos.
Calidad y valores: el alma de Grupo Marino
A lo largo de sus 74 años, Grupo Marino ha mantenido un enfoque no negociable en la calidad de sus productos, lo que le ha ganado el reconocimiento y la lealtad de sus clientes. Para el presidente, Grupo Marino es una empresa que ha “desarrollado productos de mucha calidad, productos donde está totalmente impreso el sello de la casa. Tenemos valores como la honestidad, la responsabilidad, trabajo en equipo, compromiso, iniciativo proactivo, la lealtad de nuestra gente”.
Y esta lealtad no es solo un eslogan, es una proyección de la cultura empresarial que se ha cultivado en el Grupo.
“Tenemos gente de muchos años trabajando con nosotros, algunos con hasta 40 de antigüedad. Esto habla muy bien de nosotros, somos una empresa amigable con nuestro personal y tratamos de buscar que en el trabajo encuentren esa armonía y tranquilidad para desarrollar sus actividades”
Innovación en tiempos de cambio
El crecimiento de Grupo Marino ha sido impulsado por tres etapas estratégicas a lo largo de su historia. La exportación, iniciada en 1966 marcó la primera gran etapa de expansión internacional de la empresa. En 1974, la construcción de una planta de café soluble en Mazatlán permitió diversificar su oferta de productos y aumentar su competitividad en el mercado global. Y a partir de 1990 la firma incursionó en la distribución de productos importados, que complementarían al café y fortalecerían su presencia en puntos de venta en México.
Pero el camino no siempre ha sido fácil para Grupo Marino. Javier Lizárraga recuerda con claridad las “vacas flacas” que la empresa enfrentó durante la devaluación de 1994, un momento en el que el pasivo de la empresa casi alcanzó el 99%. Sin embargo, fue precisamente esta crisis la que impulsó una reingeniería profunda en la empresa, llevándola a modernizar sus procesos y a adoptar nuevas tecnologías.
“Hoy en día manejamos la planta con 370 personas cuando eran 500, gracias a una automatización y un software hecho en casa”
Además de la automatización, El Marino ha sabido diversificarse, adaptándose a las nuevas tendencias del mercado y expandiendo su oferta de productos para satisfacer a un público más amplio y exigente. “Hemos hecho alianzas estratégicas que nos han enseñado mucho”, menciona refiriéndose a la joint venture con Massimo Zanetti, una de las mayores compañías de café a nivel mundial, Massimo Zanetti Beverage México, una colaboración que ha permitido a la empresa fortalecer su presencia en el mercado internacional y competir con gigantes de la industria como Nestlé.
También cuenta con alianzas en distribución con Sugar Foods de México, que hoy ya es parte de Marino. Esta compañía montó una planta en Mazatlán, la cual produce crutones para ensaladas y crunchy toppings, por mencionar algunos productos; esta planta manda cerca de 1,000 contenedores anuales al extranjero.
“También tenemos una alianza con NuZee Coffee, una compañía de origen japonés-americana donde hacemos el single serve, un café moderno tipo té para hacerlo más sencillo de preparar”
Hoy, Grupo Marino fabrica más de 50 marcas privadas para autoservicio y mayoristas; cuenta con 17 centros de distribución en todo el país, atendiendo supermercados, abarrotes, tiendas de conveniencia, clubes de precio, food service y mercado institucional, sumando más de 30,000 puntos de venta.
Un crecimiento mutuo
El éxito de Grupo Marino también está intrínsecamente ligado al crecimiento de Mazatlán. Su desarrollo turístico y económico ha sido una oportunidad que El Marino ha sabido aprovechar para contribuir al mismo tiempo al crecimiento de la comunidad local.
“Mazatlán es casa, y como tal tratamos de estar en todos lados, atacar todos los segmentos de mercado localmente hablando. Tenemos una proveeduría local importante, le damos mucha importancia al proveedor por pequeño que sea, pagarle a tiempo de contado si se puede”
A futuro
“Queremos ser parte de nuestros clientes, sentir cuáles son esas tendencias, resolver esos nuevos hábitos que se están generando, descubrirlos, atenderlos”
Este compromiso con la innovación y la adaptación ha sido la pieza angular en la evolución de la empresa, y continúa siendo el motor que impulsa a Grupo Marino hacia nuevas metas.
Al mirar hacia atrás, el empresario no puede evitar sentir orgullo por lo que Café El Marino ha logrado. “Sinaloa es nuestro estado y nuestra casa, nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a Sinaloa,” concluye, y reconoce que la historia de Grupo Marino es, en muchos sentidos, la historia de una familia, de una comunidad y de un legado que ha perdurado y prosperado a lo largo de los años.
- Grupo Marino distribuye marcas como Post, Malt-O-Mill, Bigelow, Haribo, Banzitos, Lacroix, Fresh Gourmet, entre otras.
- Trabaja con gas natural y la biomasa que es una parte del café se recicla y se genera en vapor.
- Javier Lizárraga es exsecretario de Economía de Sinaloa y actualmente participa en Codesin; en Coparmex, donde es vicepresidente en Mazatlán; en el Consejo del Tecnológico de Monterrey Campus Culiacán, entre otros.
- La mayor parte de sus exportaciones van a Estados Unidos.