Rodrigo Álvarez tenía apenas 12 años cuando comenzó a vender hielitos caseros con sus hermanos en su colonia, idea de su madre, Gloria Adelina Mosqueira, que los animaba con una fórmula simple: “yo los hago, ustedes los venden”.
Esa dinámica de vacaciones se convirtió en la semilla de Helados BLU, una empresa familiar que hoy lidera a sus 24 años y que ya suma más de 100 congeladores en Hermosillo.
El punto de notoriedad llegó en 2018, cuando su hermano mayor, Adrián Álvarez, llevó el producto a la Universidad de Sonora. En un mes, ya estaban en 20 escuelas. Fue entonces que Rodrigo Álvarez decidió dejar todo y apostarle de lleno al negocio, que empezaba a exigir estructura, constancia y visión de futuro.
El crecimiento ha sido constante: entraron a tiendas, carnicerías y pequeños negocios. Luego, entendieron que tener sus propios congeladores con imagen de marca no solo mejoraba las ventas, sino que fortalecía la experiencia del cliente. Con apoyo de inversión inicial, compraron más congeladores y una camioneta. Aun con tropiezos como la máquina envasadora que falló, han salido adelante con esfuerzo manual y espíritu emprendedor.
Hoy, BLU opera como empresa familiar: la señora Gloria Mosqueira desarrolla recetas, el señor Epigmenio Álvarez coordina entregas y los hermanos Álvarez dirigen ventas y contabilidad. El negocio ya distribuye en ciudades como Guaymas, San Carlos y Caborca, y se alista para cruzar fronteras hacia Estados Unidos.
Más allá del crecimiento, Helados BLU representa un modelo de empresa donde el trabajo en equipo, la honestidad y la cercanía con el cliente hacen toda la diferencia.