Aquí hay tres pantallas, dos celulares sonando todo el día y la paciencia de un hombre que contesta cada uno de los mensajes que le llegan.
«No se responden llamadas hasta que él lo pida», dice una de las hijas del doctor Héctor Ponce Ramos, un neumólogo jubilado y refugiado en su casa para evitar contagiarse del virus por el que se han enfermado 45 386 personas y 6 506 han muerto en Sinaloa, de acuerdo con datos de las autoridades sanitarias en México.
«Lo empecé a hacer porque no podía quedarme con los brazos cruzados», dijo el doctor en una llamada, medio por el cual suele consultar diariamente de forma gratuita.
Esto lo hace con personas sospechosas de contagio y con quienes ya están enfermas con un solo objetivo, el de evitar que lleguen a los hospitales y colapse el sistema de salud.
A las mismas les da seguimiento y receta medicinas para que puedan atenderse desde sus casas. El doctor sostiene que la mejor manera de combatir la enfermedad viral es con atención inmediata y temprana para evitar la saturación de hospitales con pacientes graves.
«Se trata de que la gente no se ponga grave y no termine en el hospital, pero no puedo hacer más, cuando se agrava la situación deben ir de manera presencial», señaló.
Frente a él están tres pantallas y en cada una de estas se proyectan radiografías y tomografías, las lee de manera minuciosa y comienza a dar sus puntos de vista como especialista.
Una consulta normal para atender el coronavirus con médicos especialistas y privados ronda desde los 500 hasta los mil 500 pesos, pero este doctor decidió hacerlo de manera gratuita.
El anuncio lo hizo en sus redes sociales personales que no tardaron en colapsar ante tantas solicitudes de atención.
«Yo creo que en estos momentos debemos estar todos unidos, debemos poder aportar nuestro granito de arena», señaló.
El doctor es especialista en Neumología desde hace más de 30 años pero su carrera también se ha dado en la administración pública. Entre 2005 y 20011 fue secretario de Salud en Sinaloa, época en la que le tocó enfrentar otra pandemia, la de H1N1, conocida también como la de Influenza tipo A.
Luego pasó por un proceso penal por el presunto desvío de 16 millones de pesos en la Secretaría de Salud de Sinaloa. Después de tres años, y por lo menos tres amparos, pudo evitar la cárcel por una investigación mal elaborada hecha por la Fiscalía General.
El doctor se alejó de las cámaras y reflectores, pero ahora vuelve a la vida pública, no como un burócrata, sino como un hombre preocupado por tratar de evitar una crisis mayor.
Su objetivo ha sido evitar que los pacientes lleguen a los hospitales, pues las estadísticas oficiales establecen que seis de cada 10 pacientes hospitalizados llegan a ser intubados y el diagnóstico se vuelve reservado.
«Hemos detectado muchos pacientes en etapa muy temprana y también pacientes en etapa muy avanzada que hay que orientarlos y enviarlos a un hospital de forma urgente», señaló.
El gobierno de Sinaloa cuenta únicamente con mil 800 camas para atender a pacientes en hospitales, y solo 500 de estas son para pacientes graves, una cantidad criticada por empresarios y especialistas en la materia.
«Tenemos una logística bien hecha, bien planeada, de primera atención», explicó.
«Yo los recibo, yo los interrogo, yo los diagnostico, yo les mando los estudios de laboratorio, ellos me mandan la información, me pasan los pacientes, están recopilando la información de los pacientes y los estamos valorando completamente».
La herramienta principal ya no es palpar a los pacientes, tampoco es el estetoscopio, sino la computadora, una buena red de internet y programas como Zoom para hacer videollamadas.
La estrategia del doctor Ponce Ramos no debe catalogarse como errónea y fuera de lugar, pues hasta el gobierno de Sinaloa cree que el contacto telefónico o por videollamadas puede resultar eficaz en el manejo de la pandemia.
La Secretaría de Salud emuló esta práctica con un call center, cuyos operadores son una centena de personas trabajadores en medicina y enfermería contratados para atender a pacientes sospechosos o activos.
Esta línea telefónica de salud permitió que seis de cada 10 pacientes hayan evitado ingresar a un hospital.
«Esto no es una simple gripa, es una neumonía atípica, así es el coronavirus, como una neumonía atípica y por eso es más letal», aseguró.
En este consultorio, donde solo hay pantallas y celulares sonando todo el día, hay un doctor que está día y noche con su familia tratando de atender personas en Sinaloa y otras partes del país sin pedir nada a cambio, solo para aportar un grano de arena en un mar de contagios.
Texto: Marcos Vizcarra / Ilustración: Martha Rivera / Edición: Miriam Ramírez