El Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa, Codesin, se propusieron convencer a 50 empresarios, identificar 30 emprendedores y promover 10 proyectos de inversión foránea. De esta fórmula y con los ingredientes adecuados: la participación de la academia y los incentivos del gobierno, en 6 años podrían aterrizar los primeros proyectos de la bioeconomía en el estado.
En días pasados Codesin sostuvo una agenda de tres días con empresarios, investigadores, académicos y funcionarios públicos del nivel de gobierno estatal y municipal, de las cuatro regiones del estado, para dialogar la conveniencia económica, ambiental y social de posicionar a Sinaloa como referente de Bioeconomía.
Entre los datos que socializaron, la directora general de Codesin Karina Parra y Parra sostiene que en Sinaloa cuentan con seis centros de investigación, tiene 13 millones de toneladas de biomasa activa (agrícola, acuícola, pesquera y pecuaria) y 6.6 millones de toneladas de biomasa residual para generar bioproductos de mayor valor. Y, de acuerdo con el diagnóstico realizado por el Codesin, las áreas de mayor oportunidad en el corto plazo (1 a 3 años) para desarrollar nuevos productos o, por tanto, negocios, en el área de la Bioeconomía son los alimentos procesados, biofertilizantes y nutracéuticos. En un plazo mayor, los bioenergéticos, bioplásticos y el mejoramiento genético de plantas y animales.
Para desarrollar esos nuevos negocios de la bioeconomía, se requiere trabajar de la mano de la ciencia y la tecnología. Decisión impostergable. De allí la recomendación de consolidar los instrumentos de política pública para impulsar la innovación, como la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación y el INAPI (Instituto de Apoyo a la Investigación e Innovación Sinaloa). Asegurar la distribución del gas natural, ya que los procesos de la bioeconomía son intensivos en calor. Y generar procesos de innovación en las empresas.
“Los empresarios son la pieza fundamental porque ellos deben generar los nuevos proyectos, asumir el riesgo y explorar las áreas de oportunidad en la nueva economía del conocimiento. Empresas sinaloenses como VEPINSA (norte), Gruindag (centro), PINSA (sur) ya lo hacen y son el ejemplo que puede multiplicarse con las políticas adecuadas” señala la directora.
Codesin sostiene que existen 10 cadenas de valor identificadas para la Bioeconomía en Sinaloa y se necesitan recursos y conocimiento para hacerlas más productivas. El gobierno puede apoyar a los centros de investigación y las universidades para que contribuyan a la solución de problemas del sector productivo aprovechando los residuos del maíz, tomate, camarón, entre otros. La búsqueda de inversionistas nacionales y extranjeros es otra línea de acción a desplegar y podría ser la ruta más corta para desarrollar un proyecto de inversión emblemático para la bioeconomía en el estado.
Para Karina Parra y Parra la bioeconomía se concreta en inversión y empleo. Y Sinaloa debe crear la masa crítica de la cual se derivarán los proyectos y nuevos negocios, vinculándonos adecuadamente con los centros de investigación y las universidades. “Por lo pronto, la convocatoria inicial es identificar 50 empresarios, 30 emprendedores y 10 proyectos de inversión foránea alineados al desarrollo de la bioeconomía”.
La convocatoria inicial es identificar 50 empresarios, 30 emprendedores y 10 proyectos de inversión foránea alineados al desarrollo de la bioeconomía
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