La Águila Pescadora (Pandion haliaetus), también se le conoce como halieto o gavilán pescador, es un ave de tamaño mediano de color castaño oscuro, con el torso de color blanco, su cola es larga y estrecha, alas angulosas, posee plumas alargadas en la nuca que forman una cresta que se eriza con frecuencia.
Su alimentación consta principalmente de peces, entre ellos se encuentran el lenguado, eperlano, lisa, pez gato, sábalo y molleja; sus patas fuertes se encuentran llenas de escamas, lo que permite sujetar las presas con mayor precisión; pueden sumergirse por un periodo no muy largo en el agua.
Las águilas pescadoras viven en ríos, lagos, costa, estéreos y marismas saladas; cuando se reproducen, los árboles grandes o postes de electricidad son utilizados como zonas de anidación. El nido se construye con rama seca en forma de pila, y es edificado por el águila macho y hembra. Algunas veces, también anidan en el suelo de islas pequeñas, como es el caso de la isla El Rancho, que se ubica en la Bahía Santa María.
Sucede interesado en la conservación de la fauna de la Bahía Santa María, visitó esta isla para conocer el proceso de anidación del águila, descubriendo que se encontraban en el periodo de incubación, en el cual cada pareja puede tener entre 2 y 4 huevos en el nido, que es custodiado por el macho y la hembra. La incubación se da por ambos padres, sin embargo, es la hembra la que pasa el mayor tiempo empollando el huevo, durante aproximadamente 38 días. En la Isla El Rancho se encontraron alrededor de 3 nidos, su ubicación era cerca de la orilla del mar y al ras del suelo; en el nido se encontraba el águila hembra empollando los huevos, mientras que el macho sobrevolaba el nido. Esta isla es conocida por ser sitio de arribo de los patos bobos patas azules, y por otras especies de aves.
Sucede se compromete al cuidado y conservación de las islas que conforman la Bahía Santa María, además de la flora y fauna que las conforma. Hacemos la invitación para a cuidar y proteger las áreas naturales con el fin de resguardar la riqueza natural que nos rodea.
Redacción: Astrid Carolina Arce Espinoza.
Edición: Sucede