Cuánto tiempo nos ha tomado al mundo, a los gobiernos, a las sociedades, incluso a los mismos preventólogos entender el sentido del título de este artículo. Hoy ante un entorno VICA (Volátil, complejo, ambiguo, incierto) confinados en nuestras casas buscando adaptarnos a lo que viene, encontramos que algo muy bueno que nos deja esta pandemia es la obligada reflexión ante lo que estamos viviendo.
El COVID 19 nos ha puesto en situación de volver a lo que ya sabíamos, el “mente sana en cuerpo sano” ideal pedagógico de los griegos, la plegaria de los latinos, lema adoptado por los olímpicos, anhelo de los sistemas educativos que parece olvidarse ante la embestida del fascinante mundo de las drogas, de búsqueda de placer, de un sinnúmero de satisfactores materiales inmediatos y el olvido del valor de la vida y del espíritu.
Hoy la reflexión nos lleva a darnos cuenta que la prevención es ley de vida, es la persona sana física y mentalmente la que sobrevive a la pandemia.
Son 17 años que en Sociedad Educadora hemos venido trabajando en prevención, específicamente en prevención de adicciones, con un objetivo primordial muy claro: que los jóvenes sinaloenses, nuestra población específica, le apuesten a la vida saludable en su proyecto de vida, a la vida sana, rechazando cualquier consumo, conducta o moda que los pueda llevar a la adicción, infierno del que es muy difícil salir.
En Sociedad Educadora, apoyados por la ciencia de la prevención que ha ido evolucionando y que se ha organizado en modalidades y niveles para tener un mayor impacto, nos nutrimos de las enseñanzas de los años 70, cuando la prevención de adicciones se estructuraba en 3 niveles:
Prevención primaria: Proceso de actuar preventivo centrado en la promoción de la salud y en la protección de las condiciones que facilitan la aparición de un problema de adicción.
Prevención secundaria: Proceso del actuar preventivo centrado en el diagnóstico temprano, la intervención oportuna y a la limitación del daño generado por la presencia o situaciones de alto riesgo de un individuo o una comunidad.
Prevención terciaria: Proceso del actuar preventivo centrado en la rehabilitación de un individuo y de una comunidad afectada por un problema avanzado.
Otra clasificación más actual es la de:
Prevención universal: Dirigida a todo grupo social sin distinción y sin identificación de aquellos que están en riesgo, beneficiando a toda la comunidad con mensajes y programas dirigidos a prevenir el inicio o demorar el consumo de sustancias.
Prevención selectiva: Dirigida a un subgrupo de la población que por su edad y sus características se consideran de mayor riesgo de consumir sustancias, siendo identificados de acuerdo a la naturaleza y a número de factores de riesgo, a los cuáles pueden ser expuestos y definidos según su edad, género, historia familiar, comunidad u otras características.
Prevención indicada: Dirigida a un subgrupo de población que ya se ha iniciado en el consumo sin cumplir los criterios de dependencia o que se encuentra en situación de alto riesgo, se dirige especialmente al individuo y a sus factores de riesgo personales.
También existe la prevención específica e inespecífica, pero a la que le queremos dar énfasis porque vino a marcar una diferencia esencial en los modelos de prevención, es a la:
Prevención con Sentido modalidad que sumó la gran aportación de la Logoterapia de Víctor Frankl, en la que rescata a la persona humana, con su núcleo espiritual sano, su libertad, responsabilidad y sentido de vida, y la hace responsable de su salud y de la de su comunidad, motiva a que cada uno, con sus propios recursos, sortee sus propias dificultades, y es el sentido de vida el principal promotor de su salud.
La buena noticia para
Sociedad Educadora es que su misión: Prevenir que los jóvenes consuman sustancias psicoactivas y que tengan conductas que dañen su cuerpo y su espíritu, no cambia, su objetivo sigue vigente y firme, es el camino.
¿Cómo llevarlo a cabo, cómo aterrizarlo en Sinaloa, que ha entrado de lleno a este mundo cambiante?
Sociedad Educadora se verá obligada a entrar en la transformación digital, a innovar técnicas y buscar nuevas formas de motivar a los jóvenes, que asuman buscar nuevas herramientas y nuevas formas de vivir valores como la agilidad, la prudencia, la flexibilidad, la resiliencia, etc., que los ayude a adecuar su proyecto de vida al nuevo mundo.
Se vino la tempestad y hay que sortearla, pero nuestro barco, Sociedad Educadora, tiene su timón firme y su rumbo definido, su objetivo primordial: Enamorar a los jóvenes de la vida sana para evitar todo lo que los dañe, sigue en pié.
La prevención es el motor para seguir trabajando; la prevención que dignifica a la persona, es nuestra gran aliada; la prevención es la solución.