Es difícil que los hombres que presentan algún problema relacionado con su sexualidad se decidan a acudir a consulta con el especialista en sexología, asegura el doctor Leopoldo Rodríguez Carrillo.
Esto se debe, dice, a una carga desde la masculinidad, pues si el paciente aceptara tener un problema sexual sería como reconocer que no se es tan hombre.
“Esa es la primera traba. Aunque tengan el problema y lo estén viviendo, no lo reconocen; sólo lo niegan y lo retrasan. Es lo primero que hacen. Es más fácil y rápido que las mujeres acudan. El hombre se espera”, indica.
Una vez que el varón acepta estar pasando por un problema sexual, asegura Rodríguez Carrillo, primero buscará otra solución, como ir directamente a la farmacia, preguntar a los amigos o, en el mejor de los casos, acudirá con un médico urólogo, por ejemplo.
Sin embargo, el origen de algunos padecimientos no es sólo orgánico, por lo que en esos casos los medicamentos no solucionarán el problema.
“Cuando un hombre decide acudir a mi consulta es porque ya se le generó un conflicto de verdad con la pareja o con él mismo. Ya es tanta su molestia que no aguanta y quiere buscar la solución; o la pareja ya lo trae ‘de bajada’ y necesita encontrar una solución para que eso se calme”
Elementos biopsicosociales
El doctor Leopoldo explica que dentro de las disfunciones sexuales se encuentran diferentes motivos, los cuales están relacionados con la respuesta sexual.
“Existe en todos los humanos la respuesta sexual, que es la manera en la cual nosotros empezamos desde la parte del deseo hasta cuando nos volvemos a recuperar para empezar un nuevo ciclo”, expone.
Cuando esas etapas se alargan o se acortan, agrega, se presentan los problemas sexuales, y los tratamientos no funcionan igual para todas las personas.
“Tenemos que buscar en todos los elementos que conforman la sexualidad, siendo estos biopsicosociales, que tienen que ver con elementos biológicos, psicológicos, sociales, educativos, de pareja y religiosos. Cuando todos estos están en orden, no se tiene ninguna disfunción sexual. Pero cuando hay un desequilibrio en esos elementos, se presenta un problema”, asegura.
Por ejemplo, dice, una disfunción eréctil puede deberse a cuestiones orgánicas, emocionales, religiosas, sociales o de pareja.
Édgar Hernández