Tras un breve saludo acorde con la nueva normalidad nos dirigimos a buscar un lugar para realizar la entrevista pactada. La entrada al centro comercial obliga a completar la secuencia de desinfección. Un dispensador automático provee la porción de gel antibacterial, acompañado de un peculiar sonido que todos ignoramos, excepto el protagonista de esta anécdota. Tras dejar atrás el acceso, volteó con un brillo en la mirada y una ligera risa contenida. Se acercó a mi oído para soltar tres palabras que me hicieron recordar y luego sonreír: “sonó como R2D2”.
La escena representa a la perfección a Lorenzo Aburto Carrasco, un talentoso ilustrador y lúcido observador mazatleco que vuelca sus hallazgos en sus cuentas de redes sociales. Su trabajo combina videojuegos y dibujos animados con cultura mexicana y las sagaces reflexiones que lo distinguen. Dicha composición ha cautivado a un público que sigue fielmente las viñetas en la página que inició como una actividad adicional a su empleo como diseñador.
Entre sus publicaciones más populares se encuentra la representación de la portada de un videojuego con personajes creados por compañías sinaloenses. “Me gustan mucho este tipo de mascotas, siempre me ha parecido encantador la manera en que una empresa trate de abstraer su personalidad en un personaje que sea fácilmente identificable. Para mí el que tengan estos símbolos es tan importante como tener un logotipo”, comenta sobre su inspiración.
En la imagen destacan mascotas reconocidas de marcas como Coppel, Panamá, Sr. Frogs y el equipo de fútbol Dorados. La recepción que tuvo asombró a su autor. “Como es algo muy local, me sorprendió que lo compartieran personas de otras partes del país. Fue muy agradable que me pidieran versiones de otros estados, como Monterrey y Morelia. Al ser Mazatlán un lugar turístico, reconocieron al Negrito de Panamá, la ranita de Sr. Frogs y hasta los Suaves, algo muy vago porque es un producto muy local y hubo quienes señalaron acertadamente a la elefanta con la monja de los malvaviscos”.
Creando mercados
La viralización de las publicaciones le dio a Aburto una vitrina. Ante la presión de su empleador por abandonar el confinamiento obligado por la pandemia por Covid-19, decidió mantenerse en casa y convertir su hobbie en su principal fuente de ingresos. Buscó una necesidad y se enfocó en crear productos para satisfacerlo.
“Vi un auge de streamers, gente que estaba subiendo a internet gameplays y reseñas”. Se acercó a algunos tuicheros –como se llama a quienes usan Twitch, una plataforma para transmisiones en vivo– y les ofreció realizar logotipos y emotes –imágenes personalizadas para usar como reacciones en sus canales–, estrategia que rápidamente multiplicó sus comisiones por las recomendaciones boca a boca.
Para un streamer el negocio se encuentra en crear una comunidad de seguidores, las imágenes personalizadas aportan un valor agregado para sus fanáticos.
La recepción de su trabajo nuevamente fue más que satisfactoria. Sus clientes regresaron con peticiones de nuevas ilustraciones, “les ha gustado tanto que piden adaptaciones para playeras y llaveros”, explica.
“La cultura mexicana tiene muchos personajes muy interesantes, trato de hacer un cruce con videojuegos o caricaturas y a la gente le encanta”Lolo Aburto, Diseñador e ilustrador
Con más tiempo para dibujar, las publicaciones en su página se multiplicaron y con ellas una oleada de seguidores que adopta sus ingeniosas ilustraciones, “hay incluso quienes se hacen tatuajes, lo que me ha llevado a exigirme y crecer como ilustrador”, reflexiona.
Se necesita un toque de genialidad para reconocer cada bocado de peculiaridad en la vida diaria, plasmarlo en una ilustración y convertirlo en una forma de ingresos. “Me va bien” explica Lolo, quien a pesar de escuchar corrosivas críticas que lo hicieron desconfiar de su talento, hoy se dedica, en más de un sólo sentido, a dibujar sonrisas.