Luis Augusto Lutteroth del Riego o “Wicho”, como le dicen sus más cercanos amigos, comienza el día un poco antes de las 6:00 de la mañana, medita un rato, lee algunas páginas (de preferencia novela histórica) y visualiza las tres actividades más importantes del día, a veces en el estudio, a veces en su jardín.
Alrededor de las 7:00 de la mañana ya habrá de estar listo para comenzar su clase de artes marciales, una mezcla entre muay thai, karate y box, “Tiro golpes, patadas y codazos”, me explica entre risas.
Ha de entrenar como unas dos horas, ¿no?
(Risas) Una hora es más que suficiente, sale uno muy cansado, llevo cinco años y medio tomando clases con él, es Eddie Mapula, tres veces campeón mundial. De ahí desayuno con la familia para luego irme a la oficina, unos días a Grupo AFAL y otros al CDT.
Una disciplina que va permeando en todas las áreas de su vida. Misma que se ve reflejada en sus años de experiencia empresarial que se ha colmado de éxitos, retos y crisis desde el norte al sur de México.
Nacido en Hermosillo, Sonora, sus padres se mudaron a Tijuana cuando él tenía tres años de edad. Arquitecto de profesión, su carrera inició en la Ciudad de México y se enamoró de su esposa, una mujer de Tapachula, Chiapas, en donde disfrutaron del sur del país por dos años para luego juntos echar raíces en la Baja.
“Desde muy chico me ha tocado llegar a sociedades que no conozco y tener que abrir brecha, crear amistades, buscar trabajo, pelearte y hacer todo para seguir adelante, eso me fue moldeando. Cuando fuimos madurando en el negocio, mis hermanos y yo nos fuimos dedicando a lo que somos más fuertes, yo llevo la parte creativa, desarrollo social, politica y de inversión social”, explica.
Luis Lutteroth es Socio Fundador de Grupo AFAL, empresa enfocada a la industria restaurantera, espectáculos deportivos, desarrolladora y administración inmobiliaria. Actualmente funge como Cónsul Honorario de Japón en Baja California, es Presidente del Consejo de Desarrollo de Tijuana (CDT), Vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Baja California (AEBC), Vicepresidente de Tijuana Agradecida, A.C. Es Consejero del Grupo Salinas, Banorte, Scotiabank, Seguridad Municipal, Seguridad Estatal, Coparmex; y es Socio Fundador de Club de Empresarios de B.C. y Socio Fundador del Banco de Alimentos de Tijuana.
Usted es la tercera generación de los Lutteroth, ¿Nos pudiera compartir un poco de cómo se fue formando el patrimonio familiar?
Todo inició con mi abuelo hace aproximadamente 100 años en la Ciudad de México. Él se metió al área de espectáculos deportivos, lucha libre y box, él fue quien trajo la lucha libre a México. Fundó la Arena México, la Arena Coliseo y todos los luchadores conocidos como el Santo y Blue Demon luchaban para la familia.
Después vino a Baja California y se trajo a mi papá que era agricultor en Sonora. Nos venimos toda la familia a Tijuana en 1961, aquí hicimos vida y negocio.
¿Fue destino o vocación?
Fue una bendición porque a final de cuentas heredamos con el compromiso de mantener, cuidar y crecer lo que se nos otorgó.
¿Cuál es la clave para que el cambio generacional marche con éxito?
Mi abuelo educó a sus hijos para que trabajaran en familiar y cuando él fallece, sus hijos y mi papá siguieron la tradición, posteriormente nosotros formamos lo que es Grupo AFAL, Asociación Familia Lutteroth, y ya tenemos más de treinta años trabajando juntos.
Empezamos manejando el patrimonio que heredó mi abuelo y después fuimos abriendo nuestros negocios principalmente en Tijuana y luego en todo el estado.
¿Cómo inicia su trayectoria en los negocios?
Yo comienzo a trabajar en una inmobiliaria de mi abuelo como director. Tuve la oportunidad de construir naves industriales formando una pequeña empresa junto con mi esposa.
Posteriormente invité a mi hermano mayor para que me ayudara en la parte contable administrativa fiscal y ahí fue donde mi papá nos dijo inviten a sus otros hermanos a la empresa y yo me comprometo a que ustedes manejen mis negocios y de ahí surge el nombre de AFAL: Asociación Familia Lutteroth.
Los hermanos empezamos a incursionar en varios negocios, en unos nos iba bien, en otros no tanto. Tuvimos desde comercializadoras hasta renta de maquinaria.
Hasta que tuvimos la oportunidad con la franquicia de Carl’s Jr., mis papás se hicieron muy buenos amigos del fundador, el Sr. Carl Karcher, incluso fuimos socios para abrir el tercer restaurant en Tijuana. Posteriormente le compramos su parte.
¿Cuál ha sido el crecimiento de la parte restaurantera en Grupo AFAL?
Abrimos nuestro primer Carl’s Jr. en 1992 y tardamos cuatro años en llegar a tener tres, a la fecha cerraremos con 82 restaurantes. Estamos en Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Sonora y las dos Bajas.
En esa zona de influencia hemos estado creando nuestras propias marcas: Sal de Jade, comida mexicana con influencia francesa; Wild Cypress, sándwiches, sopas y ensaladas; y Café 57.
Este año estamos haciendo nueve Carl’s Jr., un centro de distribución, un segundo Wild Cypress y otro Sal de Jade en Sonora. Todo tiene una curva de aprendizaje y nosotros ya la superamos.
¿Nos puede compartir un momento de crisis y cómo lo superaron?
Momentos difíciles, pues cerrar negocios y aceptar la pérdida. Nos fue mal en la comercializadora y en la renta de maquinaria, y pues ‘trágate la píldora’.
Otro momento duro fue con el FOBAPROA. Teníamos 29 créditos de los cuales 28 eran quirografarios y en dólares, la tasa de interés se fue al 32 por ciento y las que teníamos en pesos se fueron hasta el 120 por ciento. Con todo esto nos iba operativamente bien en los restaurantes, pero no alcanzábamos a pagar la deuda tan alta; los bancos no estaban dispuestos a negociar. Nos defendimos y ganamos todos los casos. Fueron años tremendos de tensión, me acabe las muelas, me tronaban en las noches por la tensión.
Vamos a la mitad de su periodo en CDT ¿Qué se ha hecho por Tijuana?
Ahora que va a entrar el nuevo gobierno tanto estatal como municipal, les estamos ayudando con carpetas, aconsejando por dónde creemos y en coordinación de manera transversal con el liderazgo de las cámaras del CCE bajo el Plan Estratégico Metropolitano 2034. De los temas a tratar son: movilidad, urbanización, ambiental, seguridad, entre otras.
Un mensaje para los políticos que están por comenzar su mandato en Baja California.
Que se dejen ayudar, que piensen en el pueblo que vinieron a servir y no a servir el partido que les representa.