Después de tener una pérdida y contar con un vacío emocional, Francisco Javier López Camacho encontró asilo en el café y ahí fue cuando decidió compartir ese refugio y crear Mar Negro, Barra de Especialidad (café, té y mocktelería) que nace del coraje y perseverancia de su fundador.
¿Cómo descubriste tu vocación?
Encontré un refugio en ello ante la pérdida de lo que amo y me di cuenta que de esa manera podría conservarlo y compartirlo.
¿Cómo defines el éxito?
Es el trabajo duro, día a día por alcanzar un sueño y ser mejor persona.
¿Cuál fue el error del que has obtenido el aprendizaje más importante?
Lo planeado no existe, hay que estar preparados para la aventura que será toda una montaña rusa.
Si volvieras a empezar, ¿Cambiarías algo de tu vida profesional?
No, por que eso es lo que me tiene hoy aquí y si la cambiara tal vez no estuviera donde estoy ahora.
¿Qué habilidades o competencias crees que debe tener un emprendedor?
Desde educarse en el giro de su empresa, nunca dejar de aprender, analizar, preguntar y conocer las experiencias de otros emprendedores, ser paciente pero también ambicioso hasta cierto punto, ser humilde y aceptar ayuda, pero lo más importante creer en uno mismo.
¿Cómo inició tu empresa?
Nació de un vacío emocional que yo tenía con la perdida de mis familiares, encontré un refugio en el café y ahí fue cuando dije que quería compartir ese refugio, convirtiéndose en un sueño por el cual luchar y siendo una promesa la cual cumplir, de ahí nació todo el coraje y perseverancia para que Mar Negro naciera, con miles de secretos en sus profundidades.